Cristo es contrario a la religiónpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1012-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-1012-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Todo lo que carece de la presencia de Cristo es religión. Las experiencias espirituales de ayer, aplicadas a nuestra situación actual, también son religión. Cuando llegamos al libro de Apocalipsis, todo cambia radicalmente. No encontramos ni posiciones ni títulos. En las iglesias locales mencionadas en las epístolas, vemos primeramente a los ancianos o los que vigilan, y luego a los diáconos; también encontramos títulos tales como: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Sin embargo, cuando llegamos al libro de Apocalipsis, vemos que todo eso ha desaparecido. Pablo escribió a las iglesias como “apóstol de Cristo Jesús” (Ef. 1:1), pero en Apocalipsis, Juan se llama a sí mismo “vuestro hermano” (1:9). Cuando Juan escribió el libro de Apocalipsis, él tenía casi cien años de edad. Como apóstol, él estaba verdaderamente capacitado y experimentado; él sí tenía la posición. Además, cuando escribió Apocalipsis, era el último de los doce apóstoles originales que quedaba en la tierra. Pero en este libro él nunca recalcó su posición o título de apóstol. ¿Había visto usted esto? El dijo: “Yo, Juan, vuestro hermano”. Eso fue todo; esa fue su posición; ese fue el título que él asumió en este libro. ¿Por qué? Porque según lo que este libro presenta y lo que experimentamos en esta era, todas esas cosas —posición, título, capacidad— han cesado de formar parte en la economía del Señor.
Actualmente, en la era del Espíritu, no hay posición ni título ni reconocimiento. Queda una sola cosa: el Espíritu siete veces intensificado. No hay ancianos; hay solamente estrellas. Usted puede pretender que es un buen anciano, pero nunca podrá hacer alarde de que es una estrella. Si usted es una estrella, entonces debe brillar. Hoy en día es una vergüenza proclamarse anciano. Es una vergüenza proclamar cualquier posición, aunque sean numerosos los años que tengamos de experiencia. No importa el número de años que usted haya estado laborando por el Señor, lo que importa es el resplandor que usted tenga. ¿Está usted brillando? ¿Está viviente y ardiendo? Actualmente, en la era del Espíritu, al Señor no le interesan sus experiencias, su posición ni sus títulos; lo que a El le interesa son los siete Espíritus ardientes. ¿Ha sido usted quemado por los siete Espíritus? ¿Está ardiendo en el Espíritu siete veces intensificado?
Hoy no estamos en el tiempo de las epístolas; hoy es la era de Apocalipsis. Esta no es la era de los ancianos; es la era de las estrellas resplandecientes. ¡Oh, cuánta muerte se manifiesta al proclamarse la posición de anciano! Eso es religión, y finalmente llegará a formar parte de Babilonia la Grande. La posición que usted proclama no estará jamás en la Nueva Jerusalén. Los que proclaman tener una posición determinada están en una condición de muerte. Están muertos; no hay ningún fluir de vida en ellos; no hay nada viviente, nada ardiente, nada resplandeciente en tales personas. Proclamar una posición o un título no es más que religión. Eso no es vida, no es Cristo; es sólo religión.
Después de haber leído tanto acerca del hecho que Cristo es contrario a la religión, puede ser que aún no sepa lo que es la religión. Tal vez usted critique a otros hermanos, a los hermanos responsables, a los colaboradores. ¿Qué es esto? Esto también es religión. “¡Oh, que el Señor tenga misericordia de nosotros! ¡Oh Señor Jesús! ¡Oh Señor Jesús! ¡Cuánto necesitamos que nos rescates, Señor! ¡Necesitamos Tu liberación! Líbranos de las posiciones, líbranos de los títulos y de todas las críticas”. Todas estas cosas pertenecen a Babilonia la Grande; nunca formarán parte de la Nueva Jerusalén. En Babilonia están el papa, los cardenales, los obispos, etc. Allí hay muchas posiciones y títulos. Sin embargo, en las iglesias no hay ni posiciones ni títulos ni ministros dotados. En la iglesia está solamente el Espíritu siete veces intensificado con las estrellas resplandecientes.
Quizás usted haga alarde de estar en la iglesia local. Pero, ¿está verdaderamente el candelero en su ciudad? ¿Está resplandeciendo en realidad? ¡Oh, que el Señor nos conceda misericordia! No pregunte: “¿Acaso no somos la casa de Dios? ¿No somos la iglesia local?" Yo le diría, ¿en dónde está el resplandor, en dónde está el candelero? ¿Verdaderamente resplandece algo en las tinieblas de su ciudad, en la noche de esta era?
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.