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Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-123-2
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EJERCITANDOSE PARA FUNCIONAR

También debemos practicar que todos los miembros de la iglesia son miembros que funcionan en el Cuerpo (Ro. 12:4-5; 1 Co. 14:24-26, 31-32). No debe ser que solamente unos pocos son los miembros que funcionan y que el resto son pasivos. Todos debemos ser miembros activos. Una degradación seria entre los cristianos es que la mayoría de ellos son pasivos. Por lo tanto, debemos ejercitar el verdadero ministerio del Cuerpo. Hoy, cuando las personas hablan acerca del ministerio del Cuerpo, consideran que cuando dos, tres o cuatro ministran, es el ministerio del Cuerpo. Pero el ministerio del Cuerpo es cuando todos los miembros funcionan. Si trescientos se reúnen, todos los trescientos deben funcionar.

Nuestro cuerpo tiene muchas partes. Cuando caminamos o saltamos, cada parte de nuestro cuerpo funciona; ninguna parte está pasiva. Cada santo debe ser animado a entrar en esta práctica. Si vamos a proclamar un himno, es mejor ayudar a uno más joven o a uno más débil a proclamarlo. Todos debemos ayudar a todos los miembros a pararse y decir algo. Quizás uno solamente diga: “Oh Señor Jesús”; sin embargo, esto puede ser el principio de su funcionar.

Por otra parte, algunos son demasiado activos. Estos necesitan darles la oportunidad a los demás, y llegar a ser activos en ayudar a los otros a funcionar.

EL SACERDOCIO UNIVERSAL

También necesitamos practicar el sacerdocio universal (Ap. 1:6; 5:10), lo cual significa que cada creyente es un sacerdote. En la práctica de la vida de iglesia, no debemos tener clérigos ni laicos, sino sacerdotes solamente. En el Cuerpo de Cristo somos miembros, y en el servicio a Dios el Padre somos sacerdotes. Por lo tanto, no solamente debemos funcionar en las reuniones; también debemos servir. En la iglesia hay mucho servicio, y todos deben tomar parte en estos servicios. Sean sacerdotes que sirven, no sólo miembros que funcionan. Todos debemos practicar esto.

ESFORZANDOSE POR LLEVAR FRUTO

En la vida de iglesia todos necesitamos llevar fruto. El Señor Jesús dijo: “Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Jn. 15:16). Esto no es solamente hacer una campaña predicando el evangelio. Tampoco es tener solamente el “ganar almas”. Es impartir la vida a los demás. En Mateo 28:19, Marcos 16:15 y Lucas 24:47, se nos dice que vayamos y prediquemos, pero en el Evangelio de Juan se nos dice que vayamos y llevemos fruto. El Evangelio de Juan es un libro sobre la vida; por lo tanto, la predicación, la extensión en este libro, es el impartir de la vida a los demás, causándoles convertirse en fruto.

Nunca digan que los números no significan nada. En Los Hechos 11:21 el registro divino dice: “Y gran número creyó”. Si los números no significan nada, el Espíritu Santo nunca habría dicho esto. En la vida matrimonial necesitamos hijos. Si después de un largo período de tiempo una pareja casada no tiene hijos, esto indica que algo no está bien. También el producir hijos es simplemente impartir la vida que tenemos dentro de nuestros hijos.

Nosotros también necesitamos algunos hijos espirituales. Necesitamos impartir nuestra vida espiritual dentro de nuestros hijos espirituales. Si la iglesia local en un cierto lugar tiene cincuenta este año, cincuenta y uno el próximo año, cuarenta y nueve el tercer año, y cuarenta y cinco el cuarto año, la iglesia no debe tratar de vindicarse a sí misma diciendo que no se preocupa por los números, sino solamente por la calidad. Una iglesia local necesita los números. Aunque en un sentido espiritual, algunos miembros que se producen sean lisiados, ciegos, sordos o cojos, todavía es bueno. Puede que en la apariencia sea una confusión, pero es mejor que nada, y algo saldrá de ello. Físicamente, algunos padres cojos han producido hijos muy fuertes.

Todas las iglesias locales deben animar a cada hermano y a cada hermana a producir. Todos los santos deben esforzarse por producir fruto, aun fruto que permanezca. No seamos perturbados pensando que si producimos a muchos, la iglesia no puede cuidar de ellos y algunos morirán. Quizás esto es verdadero, pero algunos permanecerán, y esto es mejor que nada. Todo matrimonio que es normal produce hijos. Tenemos que dar mucho énfasis a esto y ponerlo en práctica.


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