Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7101-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Hoy la verdad de que Cristo es el Espíritu es muy clara, pero me temo que ustedes todavía no tengan una comprensión completa de este asunto. Por favor, recuerden que la economía de Dios, la impartición de Dios, la unión de Dios con nosotros, y la expresión corporativa de Dios están incluidas en esta verdad. En cuanto al pan que partimos en la reunión de la mesa del Señor, todos entendemos claramente que el trigo tiene que ser molido hasta ser harina, y que la harina tiene que ser hecha pan antes que podamos comerla. Cristo, quien es el Dios Triuno, dijo que Él mismo es el pan de vida que nosotros hemos de comer. Nuestra participación del pan indica que nosotros participamos de Cristo y que, como resultado, somos hechos uno solo para ser Su único Cuerpo. Por lo tanto, la Biblia nos dice que aunque nosotros somos muchos, somos un solo pan, porque todos le comemos (1 Co. 10:17). Este pan es el Cuerpo de Cristo, que es la iglesia, Su única expresión corporativa.
Por lo tanto, en la historia de la Trinidad Divina vemos la economía de Dios, la impartición de Dios y la unión de Dios con nosotros. Finalmente, vemos que todos llegamos a ser un solo pan y que, como tal, expresamos a Cristo, la corporificación del Dios Triuno. Este pan, que originalmente era el Cristo individual, ahora ha llegado a ser el Cristo corporativo. Cristo es la corporificación del Dios Triuno, la plenitud de Dios, y todos nosotros somos la expresión de la plenitud del Dios Triuno. Él es la corporificación y la plenitud; y nosotros somos la expresión.
El trigo es molido hasta ser harina, la harina es hecha pan, y este pan representa al Cristo que es el pan individual que, después que lo comemos, nos constituye un pan corporativo. Lo que comemos espontáneamente llega a ser lo que nosotros somos. Cuando comemos el pan, espontáneamente llegamos a ser pan. Por esta razón, Pablo dijo que aunque nosotros somos muchos, somos un solo Cuerpo, un solo pan. Por ser un solo pan grande y corporativo, nosotros tenemos los mismos elementos de Cristo, quien individualmente es el pan. Como este pan corporativo, nosotros somos sencillamente el agrandamiento de Cristo, el pan individual. De manera que no hay ningún cambio de elemento, y el elemento es nada menos que Cristo mismo.
Ahora veremos cuáles son los elementos de Cristo. Los elementos de Cristo comprenden todo lo que el Padre es en Su naturaleza divina y todos los elementos que Cristo obtuvo al pasar por este proceso. En otras palabras, Cristo posee tanto el elemento divino como el elemento humano. Él pasó por un proceso no sólo con el elemento divino y el elemento humano, sino que al mismo tiempo le fueron añadidos muchos otros elementos. Él era Dios encarnado; por lo tanto, la encarnación es un elemento. Él pasó por treinta y tres años y medio de vivir humano; por ende, el vivir humano es otro elemento. Cuando Él murió en la cruz, los elementos de Su muerte y la eficacia de Su muerte le fueron añadidos. Cuando resucitó, los elementos de Su resurrección y el poder de Su resurrección le fueron añadidos. El proceso por el cual Él pasó no fue poca cosa. Podemos comparar esto a un grano de trigo que cae en la tierra, muere, brota y crece y finalmente produce granos que luego son molidos hasta convertirse en harina y después la harina es hecha pan para nuestro disfrute.
Esto nos permite ver que Cristo mismo tiene el elemento de Dios, el elemento del hombre, el elemento de la encarnación, el elemento del vivir humano, el elemento de la muerte y el elemento de la resurrección. Además, en Su ascensión Él obtuvo el elemento de la ascensión. Después de Su ascensión, Él obtuvo la gloria. En Su ascensión y glorificación, Él obtuvo la corona, el trono y el reinado. Todos estos elementos le fueron añadidos al Cristo todo-inclusivo de Dios. Por lo tanto, Cristo no es simplemente el Dios Triuno, sino el Dios Triuno procesado. Hoy en día, Aquel en quien creemos es esta persona, y Aquel a quien comemos y disfrutamos también es esta persona. Él no es simplemente el Salvador que nos da vida eterna y la esperanza de la vida eterna, sino que Él también es el Dios Triuno procesado. ¡Jesús, en quien creemos, es tal persona! ¡Él es sumamente misterioso, maravilloso, rico y todo-inclusivo!
La Biblia nos enseña que cuando el Señor Jesús murió, nosotros morimos con Él; que cuando fue sepultado, nosotros fuimos sepultados con Él; que cuando resucitó, fuimos resucitados con Él; y que cuando ascendió, nosotros ascendimos con Él. Estos cuatro grandes acontecimientos que experimentamos juntamente con Él —la muerte, la sepultura, la resurrección y la ascensión— son ciertamente maravillosos. Pero ¿cómo llegan a ser nuestra realidad? La única manera es que esta persona —con quien morimos y fuimos sepultados y con quien resucitamos y ascendimos— llegue a ser el Espíritu para entrar en nosotros, de manera que Él y nosotros y nosotros Él nos unamos como una sola entidad. Anteriormente, Su muerte, Su sepultura, Su resurrección y Su ascensión eran sólo experiencias Suyas y no tenían nada que ver con nosotros. Sin embargo, puesto que Él llegó a ser el Espíritu, una vez que entra en nosotros, todo lo que Él experimentó es nuestro, nosotros llegamos a ser Él en vida y en naturaleza (mas no en la Deidad) y todos estos elementos ahora están relacionados con nosotros.
Esto no implica simplemente ser unificado, sino el hecho de ser uno; es decir, no simplemente nos unimos a Cristo, sino que somos hechos uno con Él. Ésta es la unidad que experimentamos con Cristo. Cristo, antes de llegar a ser el Espíritu, era Él, y nosotros éramos nosotros; pero después que entró en nosotros como Espíritu, Él y nosotros llegamos a ser uno solo. Puesto que Él y nosotros ahora somos uno, Su muerte es nuestra muerte, Su sepultura es nuestra sepultura, Su resurrección es nuestra resurrección y Su ascensión es nuestra ascensión. Nosotros ciertamente morimos con Él, fuimos sepultados con Él, fuimos resucitados con Él y ascendimos con Él. El día en que creímos en el Señor Jesús, en el momento en que lo invocamos, este Cristo pneumático entró en nuestro ser, y Él y nosotros, y nosotros y Él, llegamos a ser uno solo. Como resultado, morimos con Él, fuimos sepultados con Él, resucitamos con Él y ascendimos con Él.
En la historia de la iglesia, un grupo de santos que era parte de los que recalcaban la vida interior vio este asunto claramente. Sin embargo, el Señor nos ha abierto este asunto aún más y nos ha permitido ver que no sólo morimos y fuimos sepultados con Cristo, y resucitamos y ascendimos con Él, sino que incluso pasamos por todos los procesos con Él, de tal manera que todo lo que Él es y experimentó es nuestro. Él es el Dios de la eternidad y, como tal, pasó por la encarnación, el vivir humano, la muerte y la resurrección. Más aún, Él ascendió, fue entronizado y recibió la gloria, el reinado y el reino. Somos uno con tal persona. Aquellos que recalcaban la vida interior nos enseñaron que nosotros morimos, fuimos sepultados, resucitamos y ascendimos juntamente con Cristo; pero hoy en el recobro del Señor, no sólo hablamos de que morimos, fuimos sepultados, resucitamos y ascendimos juntamente con Cristo, sino que además enseñamos que Aquel a quien hemos recibido, a quien hemos ganado, y con quien hemos llegado a ser uno es el Dios Triuno procesado.
No podemos pasar por alto estos ocho versículos: Juan 14:16-20, 23, 26 y 15:26. Estos versículos nos hablan del Dios Triuno que pasó por todos los procesos y que ahora entra en nuestro ser para ser uno con nosotros. Dichos versículos constituyen la base de la revelación divina de que Él llega a ser nosotros y nosotros llegamos a ser Él en Su vida y en Su naturaleza, mas no en Su Deidad. Esta revelación incluye la economía de Dios, la impartición de Dios, la unión de Dios con nosotros y la expresión corporativa de Dios. Si hoy la gente le pregunta a usted quién es, debe responder: “Soy tantas cosas, soy tan grande y soy tan misterioso y extenso; no sé cuántas cosas soy. Soy parte de la expresión del Dios Triuno procesado”. Incluso la palabra expresión no describe plenamente quiénes somos; de hecho, estamos llegando a ser, en vida y en naturaleza, mas no en la Deidad, Aquel que es verdadero.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.