Reunirnos para hablar la Palabra de Diospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4680-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-4680-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Esta noche a propósito usé esta reunión como un modelo para mostrarles que una reunión no tiene que llevarse a cabo de manera formal ni necesita de un sermón. Siento que la atmósfera de la reunión esta noche ha sido muy tierna y cálida. Al comienzo de la reunión cantamos tres himnos. Luego yo les hablé de los representantes de las denominaciones que me invitaron a cenar y de cómo los reté en cuanto a la verdad. Tuve el denuedo y la perseverancia porque lo que predicaba era la verdad. Yo he proclamado la verdad en todo China así como también en Estados Unidos, y deseo proclamarla en todo el mundo. Esta verdad no puede ser derribada. Luego, al final de la reunión les compartí un testimonio.
¿Qué les parece a ustedes una reunión que tiene por contenido himnos, la verdad y algunos testimonios? ¿No les parece muy buena? Si desean tener una reunión así, necesitarán de cierto capital. Supongamos que esos tres himnos nunca hubieran sido escritos, o supongamos que hubieran sido escritos pero ustedes no supieran cantarlos, o que supieran cantarlos pero no los entendieran. Si fuera así, entonces no reaccionarían a dichos himnos. Después de esto, yo usé un método de la enseñanza infantil para darles un mensaje acerca de la verdad de la iglesia. Esta clase de hablar aparentemente es muy superficial, pero no es nada sencillo hablar de esta manera. Al final, les di un testimonio. Lo que quiero es que ustedes vean que para tener una reunión se necesita capital. En primer lugar, deben familiarizarse con los himnos; en segundo lugar, necesitan ser equipados con la verdad; y en tercer lugar, necesitan tener experiencias espirituales. En tanto que tengamos estas tres cosas, podremos usarlas como queramos. Una reunión que tenga por contenido himnos, la verdad y algunos testimonios ciertamente será viviente, fresca y rica.
Ahora debemos considerar cuál es la naturaleza de una reunión de creyentes. Según el significado del texto griego original, la traducción más precisa de Mateo 18:20 sería: “Porque donde están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos”. La manera en que se ha traducido comúnmente este versículo es: “Porque donde dos o tres se congregan en Mi nombre”. Aparentemente nosotros tomamos la iniciativa, pero en realidad el Señor es quien toma la iniciativa, es decir, Él es quien nos congrega en Su nombre.
Todos hemos tenido la experiencia de sentirnos renuentes a ir a la reunión. En esos momentos, quizás algunos hermanos o hermanas lo llamen por teléfono para recordarle de la reunión, o algunos santos vengan a visitarlo a su casa para invitarlo a la reunión. El hecho de que después usted vaya a la reunión no se debe a usted sino al Señor. En esta generación maligna en que vivimos, ¿quién querría salir en la noche? ¿Quién no preferiría quedarse en casa para ver televisión? ¿Quién querría venir desde lejos para asistir a una reunión y sentarse por una o dos horas? ¿Quién nos trajo aquí? El Señor nos ha traído; Él es quien nos reúne. Así que estamos reunidos en el nombre del Señor. En cada reunión el Señor nos saca de todo lo que no es Él mismo y nos reúne en Su nombre.
Conforme al principio establecido en el Nuevo Testamento, el nombre denota la persona. El nombre es la persona. Por lo tanto, reunirnos en el nombre del Señor sencillamente equivale a congregarnos en el Señor mismo. En casa siempre estamos ocupados. Las hermanas están muy atareadas lavando los platos y cuidando de los niños; y los hermanos también están muy ocupados en la oficina. Cuando llega la hora de la reunión, el Señor nos saca de todo y nos reúne en Sí mismo para que nos congreguemos. Ésta es la naturaleza de nuestra reunión.
Si leemos Mateo 16 y 18 veremos que en el capítulo 16 se encuentra la revelación y en el capítulo 18 se halla la práctica. En Mateo 16:18 el Señor dijo: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia”. Esto denota la iglesia universal, mientras que la iglesia mencionada en el capítulo 18 es la iglesia local. Mateo 18:15-17 dice que si un hermano peca contra nosotros y no confiesa su falta, debemos tomar a dos o tres testigos. Si él rehúsa escucharlos, entonces debemos decirlo a la iglesia. En la práctica de la iglesia local, cada vez que dos o tres se reúnen en el nombre del Señor, el Señor está en medio de ellos. Tal vez algunos pregunten: “¿Está bien que sólo se reúnan cuatro personas?”. Mi respuesta sería: “Cuatro excede el número requerido; pues, el Señor dijo ‘donde están dos o tres’ ”.
Por ejemplo, supongamos que hay una pareja que ha sido salva y que antes de empezar la reunión no ha llegado ningún vecino ni nadie más a su casa. Mientras la esposa lava los platos y reprende a los niños, quizás el esposo se enoje por la manera en que ella los corrige. Cuando llega la hora de la reunión, ellos quizás se miren el uno al otro. Entonces la esposa deja de lavar los platos y de disciplinar a los hijos, el esposo también se calma, y después van a la sala y se sientan. Al principio, tal vez no estén muy dispuestos, pero supongamos que después empiezan a orar, y el esposo dice: “Señor, a pesar de que no somos personas buenas, aún podemos reunirnos”. Después la esposa continúa diciendo: “Señor, estoy muy arrepentida, pero no importa lo que haya pasado, por Tu gracia aún podemos reunirnos”. Eso es lo que significa reunirnos en el nombre del Señor. En esa situación, el Señor ciertamente estará en medio de ellos. ¿Cómo no habría de estar el Señor en medio de ellos? Ellos han sido sacados de toda clase de cosas e introducidos en el Señor mismo.
La característica de una reunión cristiana es, primeramente, la mutualidad, y segundo, el hablar. Hablar en mutualidad no es hablar de asuntos cotidianos sino hablar unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, y exhortarnos unos a otros. La mutualidad no es hablar en una sola dirección, es decir, no es una sola persona la que habla sino que todos hablan. Usted me habla a mí y yo le hablo a usted. Ésta es la característica de la reunión.
Las grandes reuniones del cristianismo actual no son apropiadas. Ésa no es la manera que Dios ha ordenado para que los santos se reúnan. La manera que Dios ha ordenado para las reuniones tiene una característica, la cual es, hablarnos unos a otros en mutualidad (Ef. 5:19), exhortarnos unos a otros (He. 10:25). Hablarnos unos a otros implica el hecho de hablar, y exhortarnos también implica el hecho de hablar. En una reunión cristiana apropiada cada uno tiene salmo, tiene enseñanza o tiene revelación (1 Co. 14:26). Todas estas modalidades tienen que ver con el hecho de hablar. Enseñar y anunciar el evangelio de Jesús, el Cristo, lo cual se menciona en Hechos 5:42, también implica el hecho de hablar. Cuando los creyentes se reúnen pero ninguno habla, se pierde totalmente la característica que debe tener una reunión de creyentes. Sin embargo, cuando todos están ansiosos por hablar se manifiesta la característica de la reunión.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.