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Sacerdotes neotestamentarios del evangelio, Lospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3970-4
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Actualmente disponible en: Capítulo 8 de 11 Sección 2 de 6

TODO CREYENTE DEL NUEVO TESTAMENTO
ES UN SACERDOTE DEL EVANGELIO

En el Nuevo Testamento Dios ordena que todo creyente debe ser un sacerdote del evangelio. Además, el servicio del sacerdote del evangelio es un sacerdocio. Todo creyente debe ser un sacerdote desde el momento en que es salvo. Un sacerdote es una persona que sirve a Dios. Además, el sacerdote neotestamentario del evangelio es un sacerdote que predica el evangelio; es decir, es un sacerdote que sirve a Dios en el evangelio. Esto no es la responsabilidad de unas cuantas personas, sino que más bien es la responsabilidad universal de todos los santos. Sin embargo, esto no es lo que vemos en el cristianismo actual. El cristianismo emplea a unos cuantos clérigos que han estudiado teología y han aprendido algunas verdades bíblicas para que sirvan a Dios. Estos clérigos son sólo una minoría de entre todos los creyentes. A la mayor parte del resto se les considera laicos.

¿Qué diríamos de nuestra situación? En el pasado tuvimos las enseñanzas apropiadas, pero no tuvimos la práctica. Dijimos que todos éramos sacerdotes neotestamentarios del evangelio y que, como tales, deberíamos ofrecer sacrificios del evangelio. Los sacrificios del evangelio no son toros y machos cabríos, sino más bien, son pecadores salvos. Cuando uno salva a un pecador y lo ofrece a Dios como sacrificio, es un sacerdote del evangelio. Pablo dijo en Romanos 15:16: “Para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, un sacerdote que labora, sacerdote del evangelio de Dios, para que los gentiles sean ofrenda agradable”. Pablo dijo que como sacerdote del evangelio, él ofrecía a los gentiles a Dios como ofrendas, las cuales eran los pecadores que eran salvos por medio de su evangelio.

Quizás usted diga: “Eso lo podrá hacer Pablo, pero yo no puedo hacer lo mismo”. Ésa es una mentalidad “feudal” de alguien que es gobernado por un concepto eclesiástico y clerical. Es “feudalismo” dentro del cristianismo. Pablo dijo que en lo que se refería a ser un cristiano, él era menos que el más pequeño de todos los santos. Por otro lado, según la Biblia, Dios escogió a Pablo para que fuese un modelo para todos los que creen en el Señor Jesús. Puesto que él es un modelo, todo lo que él hizo debemos hacerlo nosotros; y todo lo que él pudo hacer, nosotros también debemos ser capaces de hacerlo.

UN SISTEMA ERRÓNEO
QUE PARALIZA EL CUERPO DE CRISTO

El camino que seguimos en el pasado era el equivocado. Cada vez que hablábamos de predicar el evangelio, pensábamos que cierto hermano daría un mensaje desde la plataforma, dicho hermano quien tenía la posición eclesiástica y el poder clerical. En cuanto a los demás hermanos y hermanas, simplemente les correspondía la labor de ayudar a dicho hermano, dirigiendo los cánticos, orando o leyendo las Escrituras. Algunos otros ayudarían a limpiar el salón de reuniones, a acomodar las sillas, a invitar a sus amigos y a preparar los ágapes. Durante el tiempo de la reunión, ellos no tendrían que decir nada; lo único que necesitarían hacer es ayudar a los amigos del evangelio a buscar las páginas de la Biblia y del himnario, y ayudar a anotar los nombres de ellos después de la reunión. Debido a que seguimos el camino equivocado, el servicio del evangelio que deberían hacerlo todos, quedó relegado a los pocos que eran capaces de predicar del evangelio. El resto de los hermanos y hermanas, todos ellos, vinieron a ser levitas. Esto fue un engaño del enemigo.

Conforme a la sabiduría de Dios, Él desea que todos sean sacerdotes. El engaño de Satanás ha consistido, no en impedir del todo que las personas prediquen el evangelio, sino en cambiar el camino sabio de Dios en caminos humanos. Dios desea que toda persona salva sea un miembro viviente del Cuerpo de Cristo, pero el camino del hombre consiste en invitar a evangelistas de renombre para que conduzcan campañas. Así pues, todos los demás creyentes llegan a ser levitas que ayudan en diversos asuntos. Todos dependen de esa persona en particular para poder predicar el evangelio. No hay necesidad de salir a tocar las puertas ni hay necesidad de hablar. De esta manera, la función espiritual de todos es eliminada. Incluso hoy en día muchos cristianos aún no saben cómo predicar el evangelio.

Podemos considerar que el cristianismo actual está medio paralizado. La situación entre nosotros, hace cuatro años y medio, era muy similar. Yo observé la situación y supe que estábamos en una mala condición. El recobro del Señor había caído en una condición de estancamiento, y no había ningún progreso. Aunque a través de nuestras publicaciones el recobro del Señor había sido difundido a todos los continentes del mundo, la tasa de crecimiento y de propagación no era satisfactoria en todas las iglesias. Fue de esta manera que supe que nuestra condición no era buena. Esta condición de estancamiento era una señal. Por esta razón, deseché todas mis consideraciones y suspendí la obra en el Occidente para venir a Taiwán, y dediqué los pasados cuatro años específicamente a estudiar la nueva manera. He vuelto a estudiar la Biblia y he reconsiderado la historia de la iglesia como también nuestras prácticas.


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