Información del libro

Experimentamos a Cristo como las ofrendas para presentarlo en las reuniones de la iglesiapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1188-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 4 de 14 Sección 4 de 4

LLENOS DE CRISTO

En el estudio-vida de Exodo, vimos que un sacerdote es una persona no solamente limpia, vestida y redimida, sino también llena por dentro y revestida por fuera. Antes de ser salvos, estábamos sucios y desnudos y éramos pecaminosos por naturaleza; estábamos vacíos por dentro y por fuera, sin nada que pudiese satisfacer a Dios ni a nosotros mismos. Pero un día Dios nos santificó al quitar nuestra inmundicia, cubrir nuestra desnudez, redimirnos y llenarnos por dentro y cubrirnos por fuera. Ahora estamos llenos de Cristo. El lavamiento por el agua es Cristo, la vestidura es Cristo, la redención es Cristo, y el llenado interior y revestimiento exterior también son Cristo. Nuestras manos están llenas de El, y nuestro interior está colmado de El. Tenemos algo que ofrecer a Dios para alimentarlo y satisfacerlo. Además, tenemos algo que nos satisface, nos colma y nos transforma. Es la revelación de Dios. Reunirnos implica estar llenos de Cristo, ya que nos reunimos para alimentar a Dios con Cristo, y alimentarnos mutuamente con Cristo, y también para alimentarnos de Cristo y regocijarnos al hacerlo.

RECIBIMOS UNA PORCION
DE CRISTO POR LA FE

¿Cómo podemos practicar eso? Creo que ya sabemos que debemos cultivar a Cristo todo el día. Ya sabemos que debemos ir a la reunión con Cristo, quien llena nuestras manos y nos colma interiormente. Pero ahora quisiera mencionar un punto específico: uno debe tener cierta medida de fe para creer que tiene una porción de Cristo. Recuerden que ¡Satanás es mentiroso! El nos engaña diciendo que no tenemos nada. El nos ha engañado a todos. Siempre nos recuerda que no tenemos una buena actitud hacia nuestra esposa y que no somos victoriosos en nuestra vida familiar; por lo tanto: ¿cómo nos atreveremos a declarar o a proclamar algo? Sus acusaciones nos han vencido.

Si Aarón hubiese tenido una victoria completa y hubiera sido limpio y puro, no habría necesitado presentar el sacrificio por el pecado. No olvidemos que cuando los hijos de Israel se reunían, primero debían presentar la ofrenda por el pecado y la ofrenda de paz. Hasta la palabra ofrenda implica cierto grado de redención. La sangre fue derramada sobre el altar, lo cual representa la redención. Cada vez que vamos a la reunión, necesitamos la sangre. Reclamemos la sangre y apliquémosla a nuestra situación. Quizás en algunas ocasiones nos hayamos descuidado, no estuvimos alerta y perdimos la calma. Así que fuimos derrotados. ¡Sigamos asistiendo a la reunión! ¡Reclamemos la sangre! Apliquémosla a nuestra situación individual por la fe. Debemos decirle a Satanás: “Satanás, aunque he fracasado, ¡sigo teniendo una medida de Cristo!” A veces uno debe levantarse y decirles a los santos: “Queridos hermanos, hace solamente treinta y cinco minutos fui vencido en una situación familiar, pero apliqué a Cristo como la ofrenda por el pecado. Su sangre me limpió. ¡Quisiera decirle a Satanás y declarar delante de todos ustedes que tengo una medida de Cristo!”

FORMALISMO POR CAUSA DE
LA CONDICION DE MUERTE

Creo que si todos practicáramos esto, nuestras reuniones quedarían libres de todo formalismo. El formalismo en los servicios cristianos de hoy se debe a la muerte en que se hallan todos los asistentes. Se necesita una estructura porque todos vienen apagados. Por consiguiente, necesitamos que alguien haga algo por nosotros. Necesitamos que un solista nos cante una canción, y que un grupo con vestidos elegantes nos cante un cuarteto. Todos estos elementos formales están plagados de muerte.

UNA PORCION PARA SATISFACER
A TODOS LOS PARTICIPANTES

Todos nosotros debemos venir con Cristo. No debemos venir solamente con Cristo como el holocausto y la ofrenda de paz, sino también como la ofrenda por el pecado y la ofrenda por las transgresiones. Inclusive, debemos venir con Cristo como la ofrenda mecida y la ofrenda elevada, ofreciendo el pecho del sacrificio con amor. Venimos con un Cristo resucitado y lo ofrecemos en amor y lo disfrutamos a El. Traemos al Cristo ascendido, al Cristo de poder, y lo compartimos en las reuniones.

Nótese que entre las distintas clases de ofrendas, incluso en el caso de la ofrenda por el pecado, los sacerdotes y todos los que son purificados, tienen derecho a comer una porción de lo sacrificado. Lo mismo sucede con la ofrenda por las transgresiones. Con excepción del holocausto, que era totalmente consumido por el fuego, para servir de comida exclusivamente a Dios. Parte de la ofrenda de harina era quemada para servir de alimento a Dios, y el resto servía de alimento a los sacerdotes. Estos tenían una dieta especial; comían la ofrenda de harina y la ofrenda de paz. Esta era muy rica; de ella una parte era para Dios, otra para los oferentes, otra para los sacerdotes que ministran, y otra para la familia de los sacerdotes. También hay una porción para los demás. Se le llama la ofrenda de paz porque satisface a todos los participantes. Por consiguiente, todos quedamos satisfechos; todos tenemos paz, alegría, deleite y satisfacción. ¡Esta es la paz verdadera! ¡Aleluya! Esto equivale a ofrecer a Cristo ante Dios a fin de que Dios se alimente de Cristo y también nosotros comamos a Cristo, y nos regocijemos al hacerlo. No olvidemos estas tres palabras: ofrecer, comer y regocijarnos. ¡Este es el significado de las reuniones! ¡Ofrezcamos a Cristo! ¡Comamos a Cristo! ¡Regocijémonos en Cristo!


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top