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Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7182-7
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B. Dios desea que quienes
conforman este Cuerpo lleguen a ser
iglesias en diferentes localidades

Según el plan de Dios, Él desea obtener un Cuerpo para Su Hijo en el universo. Sin embargo, de manera práctica Dios desea que quienes conforman este Cuerpo lleguen a ser iglesias en diferentes localidades. Dios desea que cada una de estas iglesias —en sus respectivas localidades— sea una miniatura y una representación del Cuerpo místico del Hijo de Dios. Se halla muy poco de esta clase de entendimiento entre los cristianos de hoy. Incluso los que insisten en la búsqueda de la espiritualidad descuidan este hecho.

En el primer punto hablamos de la iglesia universal; en este segundo punto estamos hablando de la iglesia local. Un anciano debe tener este conocimiento doble en cuanto al plan que Dios tiene con respecto a la iglesia. Él debe conocer la iglesia universal, y también debe conocer la iglesia local. En otras palabras, debe conocer la iglesia en su aspecto universal y también en su aspecto local. No deben pensar jamás que la iglesia universal es una clase de iglesia y que la iglesia local es otra clase de iglesia. Sólo existe una iglesia. En el sentido colectivo, hablamos de la iglesia universal, y refiriéndonos a ella localmente, hablamos de las iglesias locales. Hablando con propiedad, las iglesias locales son la iglesia universal. La iglesia universal es simplemente la suma total de las iglesias locales, y las iglesias locales son simplemente las manifestaciones locales de la iglesia universal. Sin las iglesias locales, no puede existir la iglesia universal. Cuando los ancianos manejan las iglesias locales, ellos están manejando la iglesia universal.

El plan de Dios consiste en obtener una iglesia en el universo que sea el Cuerpo de Su Hijo para Su expresión. Sin embargo, a fin de llevar a cabo este plan, Él ha establecido iglesias en diferentes localidades. Si Él no estableciera iglesias en diferentes localidades, el plan universal de Dios con respecto a la iglesia sólo sería un ideal vano que no puede hacerse realidad. Así que, a fin de llevar a cabo este plan, Dios ha establecido iglesias en diferentes localidades.

Si ustedes captan estos dos asuntos, tendrán claridad cuando lean nuevamente el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento se encuentra una gran visión que nos dice cómo la iglesia como Cuerpo de Cristo es la expresión del Hijo de Dios. Esto tiene que ver con el plan de Dios en el universo. Por otro lado, el Nuevo Testamento nos muestra que la iglesia se manifiesta en las localidades. Es en las diferentes localidades que el plan de Dios se lleva a cabo. Todos los ancianos deben tener un conocimiento claro de todos estos asuntos. Éste es el conocimiento que los ancianos deben tener en cuanto a la iglesia. Por supuesto, hay muchos otros asuntos relacionados con este tema, como por ejemplo, aquellos concernientes a las denominaciones, al terreno de la iglesia y a la naturaleza de la iglesia. Sin embargo, no abordaremos estos asuntos. Aquí únicamente hacemos hincapié en que, en el plan de Dios, la iglesia es el Cuerpo de Cristo que ha de expresar a Cristo, y en que en la tierra ponemos en práctica la iglesia en diferentes localidades.

II. EL GOBIERNO DE DIOS

Todo anciano debe tener una comprensión sobria y profunda de que el ancianato está relacionado con el gobierno ejercido en la iglesia. Todos sabemos que los ancianos también son llamados los que vigilan. La palabra anciano denota la persona, mientras que la expresión el que vigila se refiere a su oficio. En lo que a la persona se refiere, los ancianos tienen más edad y son más maduros; y en lo que a su oficio se refiere, ellos realizan la labor de uno que vigila. El cargo de vigilar es parte del gobierno de Dios en el universo. Por esta razón, los ancianos deben tener conocimiento acerca del gobierno de Dios.

En el Nuevo Testamento hay algunos ministros de la palabra, y cada uno posee sus propias características. El énfasis del ministerio de Pablo es la iglesia. El énfasis del ministerio de Juan es la casa de Dios y se trata de que Dios es el Padre, y que los que son salvos son hijos de Dios. Aunque las epístolas de Pedro son menos numerosas que las epístolas de Pablo o los escritos de Juan, con todo, Pedro es un gran ministro de la palabra. El ministerio de Pedro trata exclusivamente sobre el gobierno de Dios, el cual es la administración de Dios. Entre los hijos del Señor hoy, muchos saben que el ministerio de Pablo nos habla acerca de la iglesia, y muchos otros saben que el ministerio de Juan trata sobre la casa de Dios. Pero son muy pocos los que saben que el ministerio de Pedro trata acerca del gobierno o administración de Dios.

Debido a la degradación de la iglesia, cada vez que se mencionan las palabras gobierno o administración, algunos de inmediato empiezan a preguntarse si esto es el catolicismo romano. Es por ello que entre la mayoría de los cristianos protestantes, y en particular entre los más espirituales, existe el concepto común que es mejor no tener ningún gobierno ni administración. Para ellos, mientras usted entienda que la iglesia es el Cuerpo de Cristo y la casa de Dios, con ello basta. Lo único que se necesita es ayudar a otros a amar al Señor y a ser espirituales. Mientras los demás sean ayudados a recibir la vida de Dios y a andar delante del Señor, todo estará bien. Para ellos, no es necesario tener algo semejante a un gobierno. Sin embargo, hermanos y hermanas, nosotros no somos más sabios que Dios. En el universo sí existe el gobierno de Dios y la administración de Dios. Esto es algo que Dios ha ordenado, y no podemos descuidarlo.

En la Biblia el reino es cuestión de gobierno. El reino de Dios es el gobierno de Dios. Éste también es la administración de Dios. Hoy el universo está en desorden porque el gobierno de Dios no ha sido respetado. Los ancianos no sólo deben ver que en el universo existe la salvación de Dios, la iglesia de Dios y la casa de Dios; además de ello, necesitan ver que en el universo existe el gobierno de Dios y la administración de Dios. Dios no es un Dios de confusión. Él no es un Dios sin principios y normas. Dios es un Dios que tiene Sus principios, normas, orden y disciplina. Por esta razón, Dios necesita establecer Su administración y gobierno en el universo.

Cada uno de los libros de la Biblia nos muestra el gobierno y administración de Dios. Considere la historia de los israelitas cuando salieron de Egipto para atravesar el desierto y entrar en Canaán. Ya sea en el libro de Éxodo o en Números, podemos ver una coordinación y edificación muy entretejida. Esta coordinación y edificación está completamente bajo el gobierno y administración de Dios. Entre los israelitas, se podía percibir claramente el gobierno y administración de Dios. Dios no pasaba por alto ningún descuido. Nada podía hacerse de forma descuidada. No vemos ni un solo caso en el que Dios les dijera a los israelitas: “¡Hagan las cosas como bien les parezca!”. En vez de ello, vemos que todas las cosas, grandes y pequeñas, estaban bajo el gobierno y administración de Dios. Incluso los más pequeños detalles en cuanto a la manera en que ellos debían lavarse, la manera en que debían lavar sus ropas y la manera en que debían afeitarse las barbas no fueron dejados a elección de los israelitas. Esto era así en el Antiguo Testamento. ¿Significaría eso entonces que en la iglesia Dios ya no tiene más gobierno ni administración? Eso no puede ser cierto. En el Nuevo Testamento cada aspecto de la disciplina que Dios aplica a la iglesia está bajo Su gobierno y administración. Cuando el Nuevo Testamento menciona la iglesia, por una parte, hay palabras llenas de vida y del Espíritu; por otra, hay palabras llenas de gobierno y administración.

A fin de realizar de manera apropiada el manejo de una iglesia, un anciano debe saber que Dios desea ejecutar Su gobierno en el universo por medio de la iglesia. La iglesia es de ningún modo un lugar donde no hay gobierno ni administración. La iglesia del Nuevo Testamento es un lugar donde se percibe claramente el gobierno y la administración. Podemos leer acerca del gobierno de la iglesia en el libro de Romanos. También podemos leer acerca del gobierno de la iglesia en las Epístolas a los Corintios. Incluso podemos leer acerca del gobierno de la iglesia en Efesios, 1 y 2 Timoteo y Tito. Es difícil encontrar un libro entre las Epístolas del Nuevo Testamento en el que no se mencione el gobierno de la iglesia.

Incluso antes de las Epístolas, en los Evangelios ya se ha tratado el asunto del gobierno. El Señor Jesús habla brevemente de la iglesia sólo en dos ocasiones. La primera vez ocurre en Mateo 16. Allí Él dijo que sobre la roca edificaría la iglesia, contra la cual las puertas del Hades no podrían prevalecer. La otra ocasión se halla en Mateo 18. Allí dice que si un hermano peca y rehúsa arrepentirse, a pesar de repetidas amonestaciones, el asunto debe ser traído a la iglesia. Si tampoco oye a la iglesia, debe ser tenido por gentil. Permítanme hacerles esta pregunta, hermanos y hermanas: ¿Acaso no es lo que el Señor menciona aquí en Mateo 18 un asunto tocante al gobierno? Hasta el día de hoy, entre los hijos de Dios, todavía es difícil erradicar el sentimiento de que si un hermano es débil, tenemos que ser misericordiosos con él, o de que si un hermano ha pecado, el Señor tiene que concederle Su misericordia. Sin embargo, en Mateo 18 se hallaba la misericordia del Señor y también se hallaba la dirección espiritual. Pero al final vemos que el problema es resuelto de manera gubernamental. Cuando un hermano peca y usted le brinda ayuda estando a solas usted y él, eso es un asunto espiritual. Pero cuando él rehúsa arrepentirse, y dos o tres vienen a visitarlo con el fin de ayudarlo, ello es en parte un asunto espiritual y un asunto gubernamental. Si él no se arrepiente y el asunto es traído a la iglesia, llega a ser más un asunto gubernamental que un asunto espiritual. Cuando la iglesia interviene en el asunto, y todavía no hay muestras de arrepentimiento, y el hermano involucrado es considerado un gentil, entonces llega a ser enteramente un asunto gubernamental. La situación completa llega a ser un asunto administrativo.

Me temo que muchos ancianos hoy no tengan el concepto del gobierno. Sólo consideran que sirven junto con los hermanos y hermanas y que tienen comunión espiritual unos con otros. Por un lado, esta clase de humildad es correcta; por otro, es muy equivocada. Cada anciano tiene que ver que Dios tiene Su gobierno en el universo, y que también tiene Su gobierno en la iglesia. Todo el que carezca de esta visión en cuanto al gobierno de Dios no podrá servir satisfactoriamente como anciano delante de Dios. Dios tiene Su gobierno en el universo y, por la misma razón, necesita también tener Su gobierno en la iglesia.


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