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Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7932-8
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LA PALABRA DE SABIDURÍA
Y LA PALABRA DE CONOCIMIENTO

En la lista descrita en 1 Corintios 12, la palabra de sabiduría está primero, y la palabra de conocimiento es segundo (v. 8). Estas dos clases de palabras son los primeros dones. Lenguas e interpretación de lenguas están al último (v. 10). No obstante, el movimiento carismático han hecho de las lenguas y la interpretación los dones primarios y prácticamente los únicos. Algunos en ocasiones nos preguntan si tenemos la manifestación del Espíritu en nuestras reuniones. Temo que algunos de nosotros no se atrevan a responder a esta pregunta. Si estas personas me preguntaran a mí si tenemos la manifestación del Espíritu, les diría que la tenemos en mayor medida que otros la tienen. Me refiero a los dos primeros elementos: la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento. ¿No son éstas dones? Nunca digan que en nuestras reuniones no tenemos la manifestación del Espíritu. Tenemos la manifestación de los mejores dones, los primeros dos elementos de los dones. Puede ser que lo que los otros tengan son los dos últimos elementos. La enseñanza en el cristianismo actual no es muy exacta y ha influido en nosotros demasiado. Tenemos mucho de la manifestación del Espíritu en nuestras reuniones; sin embargo, a causa de esta influencia, nosotros erróneamente no nos atrevemos a decir que tenemos la manifestación del Espíritu.

La palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento son los primeros elementos de los dones, mientras que las lenguas e interpretación de lenguas son los últimos elementos de los dones. En nuestras reuniones tenemos la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento todo el tiempo. ¿Por qué diríamos que no tenemos la manifestación del Espíritu? Debido a la influencia de las enseñanzas tradicionales del cristianismo, de manera subconsciente seguimos pensando que los dones son las lenguas y sanidades. Quizás nunca hayamos considerado que la palabra de sabiduría sea el primer elemento de los dones. En los capítulos del 12 al 14 de 1 Corintios, Pablo alentó a los creyentes corintios a poner en práctica la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento más que las lenguas. El versículo 1 del capítulo 14 dice: “Seguid el amor; y anhelad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis”. Los versículos 4 y 5 dicen: “El que habla en lengua desconocida, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Yo quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación”.

Además, no todos los creyentes corintios hablaban en lenguas. Si todos lo hubieran hecho, Pablo no hubiera necesitado decir: “Yo quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas”. Esto también es una prueba de que la enseñanza del actual movimiento carismático está errada. El movimiento carismático dice a las personas que todos deben hablar en lenguas.

EJERCER NUESTRA FUNCIÓN EN LAS REUNIONES
AL PROFETIZAR

Es mayor profetizar que hablar en lenguas. Profetizar es ejercer la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento. Los versículos 23 y 24 del capítulo 14 dicen: “Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos en cuanto a las lenguas o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es examinado”. El versículo 23 no fomenta el hablar en lenguas, pero el versículo 24 fomenta el profetizar. En los capítulos del 12 al 14 de 1 Corintios, la intención de Pablo era alentar a los creyentes a que dejaran de hablar en lenguas y ejercieran más la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento. En este asunto no debemos seguir las enseñanzas tradicionales. Tenemos que regresar a la Palabra pura.

En 1 Corintios 12:29 se pregunta: “¿Son todos profetas?”, pero 14:31 dice: “Podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan y todos sean alentados”. No todos son profetas, pero Pablo dice que todos podemos profetizar. Esto está claro. Olvídense de las enseñanzas tradicionales que recibimos del cristianismo. Ellas no son exactas. Hay un proverbio que dice: “Un poco de conocimiento es un peligro”. Las enseñanzas tradicionales que recibimos del cristianismo son un poco de conocimiento. No son adecuadas. Más bien, son peligrosas, así que tenemos que desecharlas. Debemos regresar a la Biblia, a la Palabra pura.


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