Pensamiento central de Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7041-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El apóstol Pablo les dijo a los gálatas que a Dios le agradó revelar a Su Hijo en él (Gá. 1:15-16), y les dijo que Cristo sería formado en ellos (4:19). Esto es porque en aquel tiempo los creyentes gálatas habían sido grandemente influenciados por la enseñanza de la ley, la enseñanza de guardar la ley (3:2, 5). La ley es algo que proviene de Dios. Ella es buena, santa, divina, justa, espiritual y perfecta (Ro. 7:12-14). Sin embargo, la ley no es Cristo. Nosotros no estamos ligados a la ley en absoluto; simplemente estamos ligados a Cristo. Cristo, no la ley, es el pensamiento central de Dios. La ley no es el centro, pero Cristo sí lo es. Así que, el apóstol les dijo a los gálatas cómo él antes estaba bajo la ley, pero un día Dios le reveló a Su Hijo en él. Esto fue algo aparte de la ley. A partir de entonces él pudo discernir la diferencia entre la ley y Cristo, y abandonó la ley y se quedó con Cristo. Él les dijo a los gálatas que hoy, con respecto a nosotros los cristianos, lo importante no es guardar la ley, sino vivir por Cristo. Él dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gá. 2:20). Asimismo les dijo: “Yo por la ley he muerto a la ley” (v. 19). Él no tenía nada que ver con la ley, pues era una persona que estaba muerta a la ley. En lo que se refería a la ley, él estaba muerto y había llegado a su fin. Él estaba ligado a Cristo, y era Cristo quien vivía en él.
Hablando con propiedad, hoy en día nadie enseña la ley, pero debe darse cuenta de que muchas veces usted se comporta como si fuera un maestro de la ley. Quizás cada mañana en su oración usted sea un buen maestro que hace todo lo posible por enseñarse a sí mismo a hacer el bien. Usted es un maestro de la ley y un legislador para sí mismo, e incluso usted mismo ha llegado a ser la ley. Es posible que haya establecido para sí mismo muchas leyes a fin de hacer el bien. Probablemente haya establecido una ley para sacrificarse por el Señor y también una ley para ser humilde, para amar a los demás y para ayudar a otros. Es posible que tenga más leyes que los Diez Mandamientos y que sea un mejor legislador que Moisés. ¿Se da cuenta de que ha sido muy influenciado por su esfuerzo de hacer el bien? Usted tiene que dejar de esforzarse por hacer el bien. Nosotros no estamos ligados a hacer el bien; estamos ligados a Cristo. ¿Puede usted olvidarse de hacer el bien? Si todavía se esfuerza por hacer el bien, esto significa que es un creyente “gálata”.
No sólo eso, sino que también tenemos el caso de los creyentes hebreos. Hebreos 1:2 dice que Dios “al final de estos días nos ha hablado en el Hijo”, lo cual indica que el Hijo, Cristo, es el centro, el enfoque, de este libro. Los creyentes hebreos se aferraban al judaísmo, una religión que era sana, fundamental, buena e incluso genuina, que incluso puede ser considerada una religión procedente de Dios y de los cielos. Sin embargo, ella no es Cristo. Hoy en día no estamos ligados a ninguna clase de religión, ni siquiera al cristianismo. Debido a que el cristianismo es una religión, no tenemos nada que ver con él. El cristianismo no es Cristo mismo. A menudo les he dicho a las personas que en las Escrituras se encuentran las palabras Cristo y cristiano, mas no la palabra cristianismo. Cristianismo es una palabra creada por los hombres, y no me gusta usarla. El cristianismo es una religión muerta, una religión ajena a Cristo.
En la Epístola a los Hebreos, se muestra la gran diferencia que hay entre Cristo y todas las cosas buenas de la religión genuina y fundamental. En esa religión estaban los ángeles, los apóstoles tales como Moisés y Josué, y los sacerdotes, incluyendo al sumo sacerdote. Además, estaban las Escrituras y el templo, incluyendo el Lugar Santísimo, los sacrificios y los rituales. Todas las cosas buenas, sanas, fundamentales y genuinas de la religión estaban allí, pero ninguna de ellas es Cristo mismo. Ninguna cosa aparte de Cristo mismo es buena para la edificación del Cuerpo de Cristo. La edificación del Cuerpo de Cristo debe ser algo que es Cristo mismo. Para ello debemos conocer a Cristo de una manera viviente. Tenemos que experimentar a Cristo de una manera real. Cristo debe ser el todo. Él es el verdadero Ángel de Dios; Él es el verdadero Apóstol de Dios; Él es el verdadero Sacerdote, el Sumo Sacerdote; Él es además el templo y los sacrificios. Cristo lo es todo.
¿Qué es la iglesia? La iglesia es Cristo. No es una “iglesia neotestamentaria”, sino una “Cristo-iglesia”. Hoy en día en este país me he dado cuenta de que a muchos cristianos les gusta usar el término “iglesia neotestamentaria”. La primera vez que escuché este término, me dije a mí mismo: “¿Qué es la iglesia neotestamentaria? ¿Es ésta otra categoría del cristianismo?”. No creo que éste sea un término apropiado que debamos usar. No debemos decir que vamos a establecer una iglesia neotestamentaria. No vamos a empezar un nuevo movimiento ni a formar una nueva iglesia. Esto es algo que no puede agradar a Dios. Ya hay suficientes movimientos en el cristianismo; ya hay suficientes clases de “iglesias” y no necesitamos añadir otra. Lo que necesitamos ver es que tenemos que experimentar a Cristo. Todo debe ser Cristo. Aun la vida de iglesia debe ser Cristo. Incluso la comunión entre nosotros debe ser Cristo; no debe ser una religión o cristianismo, sino Cristo.
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