Lecciones de vida, tomo 3por Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-295-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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1) “...habiéndoos despojado del viejo hombre ... y revestido del nuevo [el cual es corporativo] ... donde [en el nuevo hombre, la iglesia] no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro, escita [los más bárbaros], esclavo ni libre; sino que Cristo es el todo [todas las personas], y en todos” (Col. 3:9-11).
Estos versículos dicen que los que hemos creído en el Señor y somos regenerados, nos hemos despojado de nuestro viejo hombre y revestido del nuevo hombre. En este nuevo hombre, la iglesia, no existe el viejo hombre de cierta raza, religión, cultura o clase, sino Cristo, quien es nuestra vida y el elemento que constituye este nuevo hombre. Cristo es todas las personas en este nuevo hombre corporativo, y El vive en todas estas personas. Debemos tener muchas experiencias de Cristo relacionadas con este asunto, y también debemos tener esta experiencia plena de Cristo cuando nuestras experiencias de El alcancen al punto más alto.
1) “El que permanece en Mí, y Yo en él...” (Jn. 15:5).
La primera condición para experimentar a Cristo permaneciendo en nosotros es que nosotros permanezcamos en El. Debemos permanecer en El, dándole el tiempo y espacio para que así El pueda permanecer en nosotros.
1) “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí” (Gá. 2:20).
La experiencia de nuestra crucifixión con Cristo también es una condición básica para nuestra experiencia de Cristo. Puesto que permanecemos en El, seguramente estamos en nuestra crucifixión con El, esto es, en Su muerte todo-inclusiva, la cual anula nuestra existencia para que así ya no vivamos más. De esta manera, permitimos que Cristo viva en nosotros para que le experimentemos y le disfrutemos como nuestra vida.
1) “El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Jn. 14:23).
Amar a Cristo y obedecer Su palabra son también condiciones para que experimentemos a Cristo permaneciendo en nosotros. Si le amamos y guardamos Su palabra, El y el Padre vendrán a morar con nosotros para que disfrutemos todas las bendiciones del Dios Triuno morando con nosotros.
1) Que Dios el Padre “os dé ... el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu; para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones...” (Ef. 3:16-17).
Ser fortalecidos por Dios con poder por Su Espíritu en nuestro hombre interior (nuestro espíritu) es la condición para que experimentemos a Cristo haciendo Su hogar en nuestros corazones. Esta experiencia de Cristo es profunda, y por lo tanto la estipulación de ésta, o sea, que todo nuestro ser sea fortalecido en nuestro espíritu por Dios, es de mucho peso.
1) “...con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte” (Fil. 1:20).
A fin de magnificar a Cristo, debemos tener confianza en todas las cosas, sin importarnos la vida o la muerte. Esta es la más alta condición para nuestra máxima experiencia de Cristo.
1) “...por ... la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación” (Fil. 1:19).
No experimentamos a Cristo por nuestra habilidad o por nuestro esfuerzo, sino por medio de la generosa suministración del Espíritu de Jesucristo. El Espíritu de Jesucristo es el Espíritu de Dios, quien participó en la encarnación, vivir humano y crucifixión de Jesús, y la resurrección, ascensión y glorificación de Cristo. Este Espíritu es el Espíritu todo-inclusivo, el Espíritu que es la expresión máxima del Dios Triuno. Este generoso suministro del Espíritu todo-inclusivo es el poder y el medio para que experimentemos a Cristo.
1) “...hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gá. 4:19).
El primer resultado de nuestra experiencia de Cristo es que Cristo se forme en nosotros. Esto se refiere a Cristo creciendo y madurando en nosotros hasta la estatura plena (Ef. 4:13) de modo que El se exprese plenamente por medio de nosotros.
1) “...para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones por medio de la fe, a fin de que ... seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la altura y la profundidad [las ilimitadas dimensiones de Cristo] ... para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios” (Ef. 3:17-19).
El segundo resultado de nuestra experiencia de Cristo es que lleguemos a ser la plena expresión de Dios. Esto se refiere a que Cristo hace Su hogar en nosotros para que comprendamos con todos los santos Sus ilimitadas dimensiones, a fin de que seamos llenos de toda la plenitud de Dios para ser la expresión corporativa de Dios.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.