Información del libro

Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75)por Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6927-5
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Actualmente disponible en: Capítulo 43 de 34 Sección 3 de 3

LA PALABRA COMO SEMILLA

Si usted planta una piedra o una roca en la tierra, no brotará nada, aun si espera veinte años. Pero, por otro lado, si siembra una pequeña semilla en la tierra, en sólo unos días brotará. Esto demuestra que la semilla contiene vida.

¿Dónde podemos encontrar la vida? Podemos encontrarla en una semilla. ¿Sabe usted que la palabra de Dios es una semilla? “Habiendo sido regenerados, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre” (1 P. 1:23). La palabra de la Biblia es una semilla, que transmite vida. ¿Cuál es entonces el suelo o la tierra? Nuestro corazón es la tierra. Debemos abrir nuestro corazón para recibir la Palabra, así como el suelo debe abrirse para recibir la semilla. ¿Cuál es el agua? El Espíritu es el agua. Si acudimos a la Biblia y abrimos nuestro ser, la semilla de la Palabra entrará en nosotros. Cuanto más oramos, inhalando el aire, más se nos añade el Espíritu como agua. El aire de la oración mezclada con el agua del Espíritu produce el rocío. El rocío abundante se convierte en un río.

En esto consiste la vida cristiana. Tenemos una semilla que es plantada en el suelo de nuestro corazón y regada por el Espíritu. Ella brota y crece hasta que florece y da fruto. La razón por la cual Cristo puede ser el agua, el pan de vida y el aliento es que Él es el Espíritu vivificante. Él es el Espíritu compuesto, en el cual se halla la divinidad, la humanidad, el vivir humano, la muerte de cruz, la resurrección y la ascensión. Todo esto se halla incluido en el Espíritu vivificante, a quien usted puede hallar ¡en la Biblia!

PASAR TIEMPO EN LA PALABRA

Pase tiempo en este libro. Además de sus diez minutos por la mañana, aparte unos minutos más al mediodía y otros minutos más en la noche. Cuando abra este libro, abra su ser también. Lea, entienda y ore. Mientras ora, usted está bebiendo el agua, comiendo el alimento e inhalando el aire. De este modo, usted crecerá. Cuanto más usted reciba a Cristo de esta manera, más crecerá Cristo en usted y, por ende, usted llegará a ser una persona diferente. No espere resultados rápidos; el crecimiento requiere tiempo. El crecimiento no vendrá de forma repentina al cabo de unos días en los que usted se dedica exclusivamente a orar y a ayunar, y luego algo del cielo cae sobre usted. Aparte un tiempo para regar la pequeña semilla de vida que ha sido sembrada en el suelo de su corazón. No solamente usted crecerá, sino que de esta manera la iglesia también crecerá y será edificada. En las reuniones de la iglesia Cristo brotará en la enseñanza, en la predicación y en los testimonios. Estas riquezas en la vida de iglesia convencerán y atraerán a personas nuevas.

CRECER CON REGULARIDAD

No se preocupe por cuánto usted entiende lo que lee. Lo que importa es que fielmente abra la Palabra, abra todo su ser, y lea y ore. Éste no es un procedimiento que hacemos una vez para siempre. No es como el hecho de nacer, sino como el hecho de respirar. El crecimiento, al igual que la respiración, es algo que ocurre continuamente, día tras día, e incluso minuto a minuto. Usted crecerá por acudir regularmente a la Palabra. Lleve siempre consigo una versión de bolsillo de la Palabra. Dondequiera que esté, cuando tenga unos minutos, ábrala y lea un capítulo o más, y luego ore sobre lo que ha leído. No es necesario que ore por sus calificaciones en la escuela, ni por el éxito en sus negocios, ni por dirección respecto a lo que va a comprar. Simplemente ore con base en la Palabra. De este modo, usted recibirá a Dios mismo y lo disfrutará.

ORAR CON BASE EN LA PALABRA

¿Qué cree que lo hace a usted sano y fuerte? Es comer, beber y respirar. Cuando ya se acerca la hora de la comida, usted probablemente se siente débil; así que necesita comer para recuperar las energías. Lo mismo se aplica en el sentido espiritual. Usted está débil si no ha estado comiendo, bebiendo ni inhalando a Cristo en la Palabra. De hecho, es una misericordia que usted todavía esté aquí. ¡No trate de seguir corriendo la carrera sin comida, sin bebida y sin aire! Acuda a la Palabra. Ábrase al Señor. Háblele usando las mismas palabras que lee: “La Palabra se hizo carne y fijó tabernáculo entre nosotros. Señor, te doy gracias porque Tú eres la Palabra. Tú te hiciste carne. Gracias porque fijaste tabernáculo entre nosotros. ¡Entre nosotros! Amén. Lleno de gracia. ¡Aleluya, gracia! Gracia y realidad. ¡Amén, gracia y realidad! De Su plenitud recibimos todos. Todos recibimos. Hemos recibido, Señor, y seguimos recibiendo incluso ahora mismo. ¡Alabado sea el Señor!”. ¿Les parece a ustedes una tontería orar conforme a la Palabra de esta manera? Pues les digo que ésa es la manera de comer, beber e inhalar a Cristo. Es así como podemos vivir a Cristo, en vez de vivir conforme a la moralidad o la ética. ¡Lean y oren la Palabra!


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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