Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritupor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8302-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Mateo 3:16 dice: “Jesús, después que fue bautizado, en seguida subió del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios descender como paloma y venir sobre Él”. Cuando el Señor tenía aproximadamente treinta años de edad, Él comenzó a ministrar. Aunque estaba lleno del Espíritu interiormente, todavía necesitaba tener al Espíritu sobre Él. El Señor acudió a Juan para ser bautizado. Luego de Su bautismo, cuando Él salió del agua, los cielos fueron abiertos y el Espíritu descendió sobre Él. Al ser concebido por obra del Espíritu Santo, el Señor fue lleno del Espíritu Santo. En Su bautismo, el Espíritu fue derramado sobre Él. Por tanto, Él estaba lleno del Espíritu interiormente y revestido del Espíritu exteriormente. El Señor estaba saturado del Espíritu interiormente y sumergido en el Espíritu exteriormente. Esto constituyó la preparación por la cual el Señor Jesús logró comenzar Su ministerio.
No obstante, esto no se enfatiza en el cristianismo. Si alguien en el cristianismo desea ser un predicador, él no necesita ser lleno del Espíritu, ni necesita tener el derramamiento del Espíritu. Más bien, él debe estudiar teología y preferiblemente obtener un doctorado en divinidad. Que el Señor nos conceda misericordia para que veamos que servir al Señor no es asunto de educación, talento o conocimiento; es un asunto del Espíritu. Lo único que importa es el Espíritu. Necesitamos al Espíritu interiormente y al Espíritu exteriormente, es decir, necesitamos ser llenos del Espíritu y recibir el derramamiento del Espíritu. Necesitamos al Espíritu por dentro y por fuera.
Mateo 4:1 dice: “Entonces Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo”. En la sección anterior, vimos que el Señor Jesús tenía al Espíritu por dentro y por fuera; no obstante, Él todavía era un hombre. Como tal, Sus acciones eran aquéllas de un hombre. Sin embargo, Sus acciones también fueron dirigidas por el Espíritu Santo. Él iba dondequiera que el Espíritu le guiara. Él fue una persona que vivía en el Espíritu; es decir, era una persona que andaba conforme al Espíritu.
El propósito que tenía Satanás cuando tentó al Señor era causar que el Señor abandonara Su posición como hombre. Satanás le tentó diciendo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes” (v. 3). Satanás quería que el Señor asumiera Su posición como Hijo de Dios en vez de como hombre. No obstante, el Señor Jesús dijo: “No sólo de pan vivirá el hombre” (v. 4). El Señor permaneció en Su posición como hombre. Aunque el Señor era un hombre, Él era guiado por el Espíritu Santo. El Señor era un hombre, pero Él vivía en el Espíritu.
Supongamos que una hermana dice que, puesto que está llena del Espíritu Santo, ella ya no quiere ser una esposa, o supongamos que un hermano dice que él ha sido un esposo por muchos años, llevando la carga de su familia tal como una vaca que arrastra una carreta, pero que ahora que está lleno del Espíritu, él ya no quiere ser un esposo. Tales declaraciones no son del Espíritu. Un esposo debería seguir siendo un esposo, pero con el Espíritu él puede ser un esposo mejor y más apropiado. Anteriormente, él era un esposo conforme a sus ideas. Luego de ser lleno del Espíritu, él es un esposo conforme al Espíritu. Una esposa no puede renunciar a ser una esposa después de ser llena del Espíritu. Anteriormente, ella era una esposa en sí misma, pero después de ser llena del Espíritu, puede ser una esposa en el Espíritu. Anteriormente, ella era una esposa sin el Espíritu, pero ahora es una esposa llena del Espíritu, revestida del Espíritu y conforme al Espíritu. En esta situación Satanás no tiene manera de tratar con ella.
Es un fracaso ser una esposa sin el Espíritu, y también es un fracaso tener al Espíritu y no querer ser una esposa. La manera en que Satanás opera es empujarnos a uno de los dos extremos, es decir, a querer ser una esposa sin el Espíritu o a querer estar llena del Espíritu pero no ser una esposa. Una hermana podría decir que en vez de cocinar y tomar cuidado de su hogar, ella irá a predicar el evangelio porque lo correcto es escuchar a Dios en vez de al hombre. Otra hermana podría decir que ella tomará cuidado de su hogar y será una buena esposa independientemente de si ella está llena del Espíritu o no. Ambas situaciones no están en conformidad con el Espíritu.
Asimismo, los santos jóvenes son hijos a sus padres. Ellos no pueden renunciar y decir que ellos ya no serán hijos. Esto es lo que Dios ha dispuesto para ellos. Cuando nacimos, nos fue asignado el papel de ser hijos. No podemos parar de ser hijos, pero no deberíamos ser hijos sin el Espíritu. Los santos jóvenes deberían ser llenos del Espíritu por dentro y por fuera. Ellos deberían ser hijos de primera clase, hijos excelentes, hijos en el Espíritu.
Nunca deberíamos pensar que el Espíritu Santo siempre nos guía a un buen lugar. El Espíritu Santo condujo al Señor Jesús al desierto para ser tentado por Satanás. Luego de ser lleno del Espíritu, tal vez un hermano joven diga: “¡Aleluya! Puesto que el Señor se preocupa por mí y yo estoy lleno del Espíritu, mi padre me recibirá”. Si su padre se opone a él y su madre no está contenta con él, quizás este hermano diga: “¡Renuncio! Mi padre es irrazonable y mi madre no es apta para ser madre. Me olvidaré de ellos y seguiré al Espíritu. Acudiré a la iglesia y seguiré a Jesús”. Pero si él desea seguir a Jesús, él debería irse a casa. Su hogar es su “desierto”. Él nunca debería decir que su padre es irrazonable. Su padre es un buen padre y su madre es una buena madre. Él tiene que aprender a ser un hijo en el Espíritu.
El cristianismo ha perdido su poder porque ha perdido al Espíritu. Las iglesias en el recobro también carecen de poder porque las iglesias también necesitan más del Espíritu. Que el Señor nos ilumine para que veamos nuestra necesidad de vivir en el Espíritu Santo. Esto no significa que sólo deberíamos preocuparnos por nuestras familias o hacer labores domésticas, pero aquellos que viven en el Espíritu son más diligentes en sus tareas del hogar, y ellos son más minuciosos en el Espíritu.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.