Manera ordenada por Dios de practicar la economía neotestamentaria, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-329-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-87083-329-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
En las reuniones en casa nosotros tenemos que decir a los asistentes que las reuniones cristianas son para la adoración a Dios y al Señor Jesús. Adorar a Dios y al Señor Jesús no quiere decir necesariamente que tenemos que arrodillarnos o postrarnos para adorarle con alabanzas y acciones de gracias. Podemos adorar a Dios y al Señor Jesús predicando el evangelio, enseñando la verdad (Hch. 5:42), partiendo el pan para hacer memoria del Señor (2:46), teniendo comunión los unos con los otros (2:42) y orando (2:42; 12:12). En nuestro entendimiento, en la realidad de nuestra experiencia y en nuestro espíritu debemos hacer todo con la conciencia de adorar a Dios y al Señor Jesús. Debemos explicar claramente este asunto a todos los santos. El Nuevo Testamento no nos indica que adorar a Dios y al Señor Jesús es simplemente un asunto de arrodillarnos o postrarnos. Sin embargo, el Nuevo Testamento sí nos dice, que en nuestras reuniones cristianas debemos predicar el evangelio, enseñar la verdad, partir el pan para hacer memoria del Señor, tener comunión los unos con los otros y orar.
Ser uno con el Señor en predicar el evangelio para la salvación de pecadores es cierta clase de adoración. Cuando salimos a tocar las puertas de la gente para proporcionar al Señor el camino libre para salvarlos, esto es contado como cierta clase de adoración a Dios y al Señor Jesús. Juan 4 relata que el Señor Jesús conversaba con una samaritana pecaminosa con respecto a beber el agua viva (vs. 10, 14). Finalmente, el Señor Jesús reveló que tener contacto con Dios el Espíritu con nuestro espíritu es beber del agua viva (4:24), y beber del agua viva es rendir la verdadera adoración a Dios. La pecadora fue satisfecha con el agua viva del Salvador, y el Salvador fue satisfecho con la voluntad de Dios en satisfacer a la pecadora (4:32). La revelación en Juan 4 nos muestra que la adoración a Dios es contraria al concepto de la religión.
Los musulmanes adoran a Dios quitándose los zapatos y postrándose en oración por un largo período de tiempo. Aunque esto es solamente una forma religiosa, ellos consideran que lo que hacen es la mejor adoración que se rinde a Dios. Nosotros los cristianos no adoramos a Dios y al Señor Jesús de esa manera. Una de las maneras en que adoramos a Dios es la de predicar al Señor Jesús como el evangelio para salvar a los pecadores. La Biblia no nos dice claramente que cuando adoramos a Dios y al Señor Jesús, debemos postrarnos o arrodillarnos. Pensar que adorar a Dios y al Señor Jesús es sólo un asunto de postrarnos o arrodillarnos, es según el concepto religioso. Debemos olvidar nuestros conceptos religiosos y naturales con respecto a la apropiada adoración a Dios y al Señor Jesús.
Poco después de recibir al Señor, me reunía con un grupo de cristianos que tenían una reunión de oración todos los martes por la noche. Durante aquella reunión, siempre cantaban un himno primero y luego se arrodillaban para orar por lo menos una hora. Muchas veces al estar arrodilladas, varias personas se dormían. No creo que esto constituyera una agradable adoración a Dios. Más bien, cuando hablamos los unos con los otros en nuestro espíritu, el Espíritu de Dios, quien es Dios mismo, participa en nuestro hablar. Esta es la mejor adoración.
Supongamos que una madre cariñosa preparó una buena comida para su hijo que había regresado de la escuela después de un semestre. Si este hijo se arrodillara y se postrara a la madre y hasta se durmiera en esta postura, ¿creen acaso que la madre estaría contenta? Tal vez reprendería a su hijo. La madre se sentirá alegre y agradable si su hijo come la comida que ella ha preparado y si habla con ella al comer. En el Antiguo Testamento en Génesis 18 hay un relato parecido que trata de la comunión mutua entre Abraham y Dios.
Génesis 18 nos da la historia del Señor Jesús viniendo a Abraham en forma de hombre aun antes de la encarnación. Abraham preparó agua para el lavamiento de Sus pies físicos (v. 4), y le pidió a su esposa que preparara una buena comida (vs. 6-8). Aquel Hombre con los dos ángeles comió aquella comida, y Abraham se la sirvió. Puede que nunca hayamos considerado que el relato en Génesis 18 nos muestra la adoración a Dios por Abraham. Abraham aun caminó con Jehová para despedirle, y durante ese paseo, Jehová habló con Abraham y Abraham oró (vs. 16-33). En realidad, la oración de Abraham fue una plática personal, humana y amistosa con Jehová. Según Santiago 2:23 Abraham fue llamado amigo de Dios. Dios, como amigo de Abraham, abrió Su corazón a Abraham para hablarle de la destrucción venidera de Sodoma y Gomorra. Por esta plática, el amigo divino de Abraham indicó que el sobrino de Abraham, Lot, sufriría daño. Podríamos decir que la plática de Abraham con Jehová fue una oración. Abraham pidió a Jehová que hiciera algo para salvar la vida y la familia de Lot.
En Génesis 18 hay un relato de la adoración de Abraham, la oración de Abraham, pero su adoración a Dios, su oración, no fue de una manera religiosa. Su oración fue una plática personal y humana. Génesis 18 nos da una historia de dos amigos hablando el uno con el otro mientras caminaban juntos. ¡Qué cuadro tan bello de oración y adoración genuinas! Aun en los tiempos antiguos del Antiguo Testamento, Dios vino para visitar a Abraham en forma humana y de una manera humana para recibir el servicio de Abraham, la adoración de Abraham, la oración de Abraham. La adoración de Abraham, su oración, fue su conversación con Dios de una manera íntima y humana, como amigo, y ésta es la mejor oración.
A mí me enseñaban desde mi juventud que el mejor modo de orar era el de arrodillarme. No hay nada malo con arrodillarse en oración, pero la oración no es sólo un asunto de arrodillarse. El mejor modo de adorar, de orar, es hablar con Dios, conversar con el Señor Jesús de una manera humana como parte de nuestro andar diario. El cuadro del Señor Jesús viniendo como amigo a Abraham en Génesis 18 es maravilloso. El Señor no estaba sentado en su trono en Génesis 18, diciendo a Abraham: “Yo soy tu Amo. Soy el Soberano. Tienes que postrarte ante mí”. El Señor vino a Abraham de una manera humana, visitando a Abraham como amigo. Recibió adoración de manera humana de Su amigo humano y habló con Su amigo humano de manera muy íntima y personal. La adoración a Dios por Abraham en Génesis 18 agradó mucho a Dios. Que Abraham y Jehová caminaran juntos como amigos íntimos es la mejor adoración, la mejor oración.
En una de las primeras reuniones con los nuevos, es necesario que les informemos que la verdadera adoración a Dios es hablar con El como nuestro amigo. Es necesario que les digamos que el propio Dios tiene nuestra naturaleza humana y que es igual que nosotros. Además, ellos necesitan darse cuenta de que todos nosotros somos hijos de Dios que tienen la vida divina y la naturaleza divina, así que somos igual que El. El es divino y humano, y nosotros somos humanos y divinos. Por tanto, podemos tener una conversación íntima, un contacto íntimo con nuestro Dios Triuno. A Dios no le gusta que le consideremos sólo como el Dios Todopoderoso. Dios desea que nos demos cuenta de que El es como nosotros y que nosotros somos como El. Al principio de la creación del hombre, antes de su caída, el hombre fue hecho a la imagen de Dios.
Es necesario que a los nuevos demos a conocer a Dios. No vayan a las nuevas casas a decirles: “Ahora adoremos a Dios. El es el Dios santo y Todopoderoso. El es muy elevado y nosotros muy bajos. El es muy grande y nosotros muy pequeños. Que todos nos arrodillemos”. Si instruimos a los nuevos así, somos parecidos a los musulmanes. Debemos tomar tiempo para explicar a los nuevos y enseñarles a conocer a Dios de una forma íntima al hablar con El. El deseo del corazón de Dios es que el hombre le adore de una manera íntima y amistosa. Dios no está contento cuando le adoramos con el concepto de que somos pequeños, temiendo a Dios a lo sumo y postrándonos al gran Dios. Dios quiere que le disfrutemos como nuestra comida y nuestra bebida. Cuando vayamos a las reuniones en casa, necesitamos olvidarnos de la forma de reunirse natural y religiosa del cristianismo. Esta forma de reunirse no es bíblica.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.