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Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7101-8
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DIOS ES TRIUNO

Si queremos conocer la Biblia y la economía de Dios, debemos cambiar nuestros conceptos naturales, humanos, religiosos y morales, a fin de recibir la revelación de Dios. A fin de conocer los cuatro asuntos sobresalientes revelados en la Biblia, debemos entender los versículos de la Biblia que aparecen al comienzo de este capítulo y familiarizarnos con ellos. De la misma manera, si queremos entender que Dios es triuno, debemos estar familiarizados con Lucas 15, un pasaje que nos provee el mejor ejemplo de este asunto. Este capítulo consta de tres secciones que nos hablan de un pastor, una mujer y un padre. El pastor representa a Cristo, el Hijo, quien viene a buscarnos; la mujer representa al Espíritu Santo, quien nos ilumina completamente en nuestro interior; y el padre representa a Dios el Padre quien nos recibe a nosotros, hombres caídos, y nos trae de regreso a Su casa. Podemos decir que en todo el Nuevo Testamento, Lucas 15 es el capítulo que nos revela más claramente el misterio de la Trinidad Divina, dando especial énfasis al amor del Dios Triuno por los pecadores.

Ahora llegamos al primer pasaje de la Escritura en cuanto a los cuatro asuntos sobresalientes revelados en la Biblia. Génesis 1:26-27 empieza diciendo: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza”. La palabra traducida Dios aquí en hebreo es Elohim. Esta palabra está en plural, que por lo general se refiere a tres o más. En el hebreo el sustantivo puede ser singular, dual y plural, mientras que en español sólo tenemos las formas singular y plural. Elohim está en plural, que por lo general se refiere a tres o más. Un hermano llamado Newberry, quien estaba en la Asamblea de los hermanos, publicó la Biblia Newberry en la que le añadió marcas y notas a la versión del inglés King James. En esta versión trazó tres líneas junto a la palabra Dios para indicar que está en plural, lo cual hace referencia al Dios Triuno. Debido a que Dios es triuno, Él puede decir “Hagamos” y “nuestra” al hablar de Sí mismo. Es cierto que Dios es uno solo, pero Él puede hablar a Sí mismo, el uno en el otro, porque también es tres. Sólo hay un Dios, pero Él tiene el aspecto de que es tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu.

LA TRINIDAD DIVINA EN LA CREACIÓN

Antes de crear al hombre, el Dios Triuno, a quien también llamamos la Trinidad Divina, celebró un concilio de la Trinidad Divina. Podemos decir que hubo una conversación en el interior de la Deidad antes que Dios creara al hombre. Dios dijo: “Hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza”. ¿A quién le estaba hablando cuando dijo: “Hagamos”? ¿Le estaría hablando a los cielos y la tierra, ya que en ese entonces Adán aún no había sido creado? Al estudiar el contexto y al reflexionar en la situación de aquel tiempo, podemos descubrir fácilmente que Dios se estaba hablando a Sí mismo y que estaba teniendo comunión consigo mismo. Así pues, con base en esto, algunos lectores de la Biblia concluyeron que hubo un concilio en la Deidad. Es por ello que debemos comprender que como parte de los preparativos para la creación del hombre, Dios primero celebró en Sí mismo un concilio de la Deidad, en el cual los tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— de la Trinidad Divina estuvieron presentes.

CREA AL HOMBRE A SU IMAGEN

El concilio de la Trinidad Divina tenía que ver directamente con los cuatro asuntos sobresalientes revelados en la Biblia: la economía de Dios, la impartición de Dios, la mezcla de Dios con los creyentes y la expresión corporativa de Dios. Conforme a Génesis 1:26-27, Dios “movilizó” Su Trinidad para efectuar la creación del hombre. La Biblia no dice que mientras el Padre creaba, el Hijo estaba ahí mirando y que el Espíritu no hacía nada. ¡No, no fue así! Aun antes de la creación del hombre, los tres de la Trinidad Divina estaban presentes, y el Dios Triuno se dijo a Sí mismo: “Hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza”. Esto es muy significativo.

Al leer la Biblia, no debemos dar nada por sentado. Cuando llegamos a Génesis 1:27, debemos preguntarnos y tratar de averiguar qué significa la palabra imagen. La verdad contenida en la Biblia es muy rica y tiene muchas facetas, por lo que no resulta fácil responder a esta pregunta claramente. En síntesis, la imagen de Dios se refiere a lo que Dios es interiormente. Lo que el hombre es, principalmente, tiene que ver con su mente, su parte emotiva y su voluntad. Estas tres partes son internas. Por lo tanto, Dios nos creó conforme a lo que Él mismo es intrínsecamente.

Dios crea al hombre conforme a Sus atributos:
amor, luz, santidad y justicia

La imagen de Dios incluye no sólo Su mismo ser, sino también Sus atributos, es decir, las características de Su naturaleza. Conforme a la Biblia en su totalidad, los atributos de Dios comprenden el amor, la luz, la santidad y la justicia. Las características de un legislador se revelan en las leyes que crea. En otras palabras, la clase de leyes que un hombre formula expresa la clase de persona que es. Si usted le pide a un ladrón de bancos que cree leyes, él sin duda alguna legalizará los robos de bancos porque lo considera algo que merece comprensión y compasión por parte de la sociedad. De la misma manera, los Diez Mandamientos fueron promulgados por Dios conforme a Sus propios atributos. Según el estudio que hemos hecho de los Diez Mandamientos, podemos resumirlos en cuatro palabras: amor, luz, santidad y justicia. Estas cuatro cosas son atributos divinos.

Según Sus atributos de amor, luz, santidad y justicia, Dios creó al hombre con una conciencia de moralidad y un concepto de moralidad. El hombre no es una bestia, puesto que en él hay paciencia, resplandor, santidad y justicia. Es por ello que los chinos tenemos el siguiente dicho: “La equidad es inherente al corazón del hombre”. Esto indica que la justicia y la equidad no se adquieren por medio de la enseñanza; antes bien, son inherentes al hombre. Por ejemplo, si usted compra algo y el cajero le devuelve más dinero de lo debido, usted quizás se sienta contento; pero sin que nadie le diga nada, usted sabe que eso no está bien. Ése es el sentido inherente de la justicia. Ni los gatos, ni los perros ni los monos tienen ese sentido; ellos roban comida sin saber que eso es algo inapropiado. Sin embargo, si usted roba comida, aunque sea su comida favorita, usted sabe que robar no está bien. ¿Qué es eso? Ésa es la función de la conciencia que Dios creó para nosotros según Sus atributos.

Las facultades de nuestra mente, parte emotiva y voluntad, que constituyen lo que somos, fueron creadas según el ser intrínseco de Dios. Más aún, los seres humanos nos complacemos en el amor, la luz, la santidad y la justicia porque fuimos creados de esa manera conforme a los atributos de Dios. Cuando los atributos de Dios se expresan por medio de nosotros, éstos llegan a ser nuestras virtudes humanas. Por esta razón, cuando los sabios chinos hablaban acerca de la conciencia, finalmente se refirieron a ella como la “virtud resplandeciente”, lo cual indica que dentro del hombre hay algo bueno y resplandeciente. Esto es la conciencia. Con base en esto, podemos afirmar que Dios creó al hombre según Su amor, Su luz, Su santidad y Su justicia.


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