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Vivir en y con la Trinidad Divinapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6188-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 13 Sección 3 de 4

1 JUAN 4:2

En 1 Juan 4:2 otra vez podemos ver la coordinación de la Trinidad Divina. Este versículo nos muestra el Espíritu de Dios [el Dios Triuno incluyendo al Padre], que confiesa que Jesucristo [el Hijo] proviene de Dios [el Dios Triuno]. El Espíritu no es independiente. Él es de Alguien, de Dios el Padre. Más aún, Él hace algo, no para Sí mismo, sino para el Hijo. Él confiesa a Jesucristo, el Hijo. Otra vez podemos ver que los Tres trabajan juntos para una meta: exaltar al Hijo como la corporificación misma del Dios Triuno.

1 PEDRO 4:14

En 1 Pedro 4:14 se nos dice: “Si sois vituperados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el Espíritu de gloria, que es el de Dios, reposa sobre vosotros”. Somos bienaventurados cuando somos vituperados en el nombre de Cristo [el Hijo]. Somos bienaventurados porque el Espíritu de gloria y de Dios [Dios el Padre] reposa sobre nosotros. Incluso en medio de la persecución padecida por los creyentes, los Tres de la Trinidad Divina están íntegramente involucrados con ellos. Ellos están íntegramente arropados con los creyentes perseguidos. Cuando los creyentes del Hijo son vituperados, el Dios Triuno disfruta Su reposo al permanecer junto a ellos en su persecución. El Espíritu de gloria y de Dios el Padre reposa sobre los creyentes. La palabra reposar en este versículo se refiere a una condición que consiste en permanecer, habitar, ser confortados, ser sustentados, ser cubiertos y protegidos. Mientras el Espíritu de gloria permanece con nosotros, los que sufrimos, Él llega a ser nuestro poder sostenedor, nuestra protección, nuestra cubierta y nuestra victoria; y al mismo tiempo, con Él hay un descanso. Esto describe la verdadera situación en que se encuentran los cristianos al estar bajo persecución. Cuando somos perseguidos, nuestro Dios Triuno nos cubre, nos protege, sustenta y conforta. Él está reposando sobre nosotros.

2 CORINTIOS 13:14

En 2 Corintios 13:14 se nos habla de que la gracia del Señor Jesucristo [el Hijo], el amor de Dios [el Padre] y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros. El amor de Dios es la fuente, ya que Dios es el origen; la gracia del Señor es el cauce del amor de Dios, ya que el Señor es la expresión de Dios; y la comunión del Espíritu es la impartición de la gracia del Señor con el amor de Dios, ya que el Espíritu es la transmisión del Señor con Dios a fin de que experimentemos y disfrutemos al Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu.

JUDAS 20-21

Se puede considerar que Judas 20 y 21 es una “porción hermana” de 2 Corintios 13:14. Estos versículos dicen que nosotros los creyentes debemos orar en el Espíritu Santo, conservarnos en el amor de Dios [Dios el Padre] y esperar la misericordia de nuestro Señor Jesucristo [el Hijo] para vida eterna [la vida del Dios Triuno]. Orar en el Espíritu Santo equivale a la comunión del Espíritu en 2 Corintios 13:14; conservarnos en el amor de Dios es paralelo al amor de Dios en aquel versículo; y la misericordia de nuestro Señor Jesucristo va con la gracia de Cristo. La misericordia y la gracia van juntas, pero la misericordia va más lejos y es más profunda a fin de alcanzar lo que la gracia no puede alcanzar. La misericordia de Dios alcanza más que Su gracia. La misericordia es para las personas que están en una situación y condición miserable y lastimosa. Cuando el hijo pródigo regresó a su padre en Lucas 15, él estaba completamente en una condición miserable y lastimosa. Lo que el Padre hizo para este hijo prodigo que daba lástima fue una misericordia para él. Judas 20 y 21 menciona la misericordia en vez de la gracia debido a la degradación y a la apostasía de la iglesia. Se necesita la misericordia de Dios en la situación degradada de las iglesias. Cuando las iglesias están en degradación, lo que necesitan es la misericordia trascendente de Dios.

Estamos esperando la misericordia de nuestro Señor. La palabra esperando implica confiando. Mientras esperamos y buscamos por la misericordia de nuestro Señor, también estamos confiando en Su misericordia. Necesitamos esperar la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. El disfrute y la herencia de la vida eterna, la vida de Dios, es la meta de nuestra búsqueda espiritual. En estos versículos los Tres de la Trinidad están involucrados en la vida cristiana diaria de los creyentes. Toda la bendita Trinidad empleada y disfrutada por los creyentes en su oración en el Espíritu Santo, conservándose en el amor de Dios el Padre y esperando la misericordia de nuestro Señor, el Hijo, para vida eterna.


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