Servicio neotestamentario, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7392-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Los primeros capítulos del Nuevo Testamento presentan un cuadro claro del servicio neotestamentario, un servicio que se encuentra fuera de la religión y que es viviente, fresco y actualizado, un servicio con Cristo mismo. Como veremos, la meta de tal servicio es simplemente producir a Cristo.
En estas páginas examinaremos el servicio neotestamentario en el Evangelio de Mateo, comenzando con la concepción de Cristo por el Espíritu Santo, pasando por los hechos de hallar a Cristo al seguir la viviente estrella celestial y de testificar de Cristo de una manera viva, y luego terminando con el tema de seguir a Cristo. Finalmente, consideraremos la vida y la obra en el servicio neotestamentario según las parábolas de las diez vírgenes y de los talentos. En todos estos aspectos existe un principio gobernante en nuestro servicio en la vida de iglesia, a saber, que el servicio neotestamentario es un servicio en el cual se exige coordinación en cada paso con miras a llevar a cabo el propósito del Señor.
El nacimiento de Jesucristo es el primer caso del servicio neotestamentario. El nacimiento de Juan el Bautista tiene un carácter transitorio, pues ocurrió entre la dispensación del Antiguo Testamento y la dispensación del Nuevo Testamento. El nacimiento de Jesús, sin embargo, era totalmente parte del Nuevo Testamento. De hecho, dio inicio a la dispensación neotestamentaria.
Cuando en la Biblia se menciona algún asunto por primera vez, se establece un principio. El nacimiento de Cristo es el primer asunto que se menciona en todo el Nuevo Testamento, y en este primer caso podemos descubrir, por medio de la revelación del Señor, todos los principios y asuntos principales relacionados con el servicio neotestamentario. Aquí tenemos un caso en que se ve cómo servir al Señor en el Nuevo Testamento, y en este caso se encuentran todos los principios. Veremos que el nacimiento de Cristo es un ejemplo singular del servicio neotestamentario.
El primer principio relacionado con el servicio neotestamentario es que este servicio es absolutamente diferente de la vieja manera religiosa. El servicio neotestamentario no tiene nada que ver con la vieja manera, sino que es absolutamente nuevo. Si dedicáramos tiempo para leer el Antiguo Testamento en detalle, tendríamos una impresión profunda relacionada con el servicio en la era del Antiguo Testamento. Existía un templo con un grupo de sacerdotes, y un altar sobre el cual ofrecían sacrificios. Además, había muchas regulaciones. Sin embargo, cuando llegamos a la era del Nuevo Testamento, todo es bastante diferente. No existe ninguna continuación del servicio antiguotestamentario. Simplemente se acaba lo viejo, y se introduce algo nuevo y bastante diferente.
Cuando nació Juan el Bautista, aún había algo relacionado con el templo. Por esta razón, el nacimiento de Juan no pertenecía del todo a la dispensación neotestamentaria. Todavía tenía algo que ver con el Antiguo Testamento. El nacimiento de Jesús, sin embargo, no tuvo nada que ver con el templo; fue absolutamente nuevo, diferente y distinto del servicio antiguotestamentario. El ángel Gabriel no fue a Jerusalén, ni siquiera fue a Belén. Él fue a Galilea, una provincia menospreciada, y a un pequeño pueblo llamado Nazaret, el cual era incluso más despreciado. Él no fue a Jerusalén, al centro de la vieja religión, sino a un pequeño pueblo en una región menospreciada. Aquí fue donde el Señor comenzó el servicio neotestamentario.
Siempre que el Señor da inicio a alguna obra de la dispensación neotestamentaria, en principio lo hace de una manera pequeña. Nosotros pensamos que Pablo era un gran hombre, pero el nombre Pablo significa “pequeño”. Pablo era un hombre pequeño; no era un gran hombre como son muchos de los líderes religiosos.
Debemos considerar cómo aplicar este principio de manera práctica en nuestra vida de iglesia hoy. Si algunos de nosotros emigráramos a otra ciudad para empezar la vida de iglesia allí, no debemos intentar hacer algo a gran escala; eso iría en contra del principio. Si vamos a construir una pared de catorce pies de alto, no debemos construirla de catorce pies y tres pulgadas. Es mejor construirla de trece pies y diez pulgadas. No debemos intentar ser algo grande; más bien, debemos mantenernos pequeños. Cualquier tipo de promoción va en contra del principio del servicio neotestamentario. El servicio neotestamentario no comenzó desde el gran centro religioso, Jerusalén; antes bien, comenzó en el pequeño pueblo de Nazaret. Es absolutamente diferente del camino que seguía la vieja religión.
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