Información del libro

Verdad, la vida, la iglesia y el evangelio las cuatro grandes columnas del recobro del Señor, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3645-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 10 Sección 3 de 4

LLEVAR FRUTO Y ALIMENTAR A LOS CORDEROS
HACE QUE LA IGLESIA CREZCA Y SE MULTIPLIQUE

Mientras cumplimos con la obligación de alimentar y cuidar a los corderos, nos daremos cuenta de que nuestro conocimiento de la verdad es muy deficiente y que necesitamos aprender más y que debemos ser más equipados. Al mismo tiempo, así como los padres, al cuidar de sus hijos, se percatan de su incapacidad y se ven obligados a aprender más y a practicar más, así también nosotros nos daremos cuenta de que nuestra experiencia de Cristo es inadecuada y que, por tanto, debemos procurar una experiencia más profunda de Cristo. Sólo esto causará el crecimiento de toda la iglesia.

No es mi intención criticar a nadie, pero es un hecho que los santos de más edad son más propensos de sentirse atraídos hacia las cosas viejas. Todos los santos de más edad tienen que percatarse de que la situación actual es muy diferente de como eran las cosas hace veinte años, y es completamente diferente de como eran las cosas hace medio siglo. Por consiguiente, no se queden hablando de cómo era la situación de la iglesia en 1934 o en 1964. No debemos confinarnos a seguir con las mismas prácticas viejas y tradicionales; en vez de ello, debemos seguir adelante y llevar fruto. El recobro del Señor en las Filipinas ya tiene una historia de veinte o treinta años, pero el número de santos es menos de diez mil, que viene siendo apenas el 0.02% de la población total. Sin incluir el sur de las Filipinas, tenemos menos de mil santos en toda el área metropolitana de Manila. Esta condición no es una gloria para nosotros, sino más bien, una vergüenza. No digan que ésta es la responsabilidad de los ancianos. Sólo hay unos cuantos ancianos, y aun si ellos laboraran hasta que se agoten, no podrían sobrellevar semejante responsabilidad.

Les digo esto para estimularlos a que salgan y lleven fruto. Cada uno de los santos que están en la iglesia debe ir y llevar fruto. Una vez que el fruto sea producido, se convertirá en un cordero. Nosotros ya no debemos seguir siendo corderos, sino más bien, pastorcitos que alimentan a los corderitos. Si todos cuidamos de nuestros corderos, ellos serán influenciados por nosotros y también irán a llevar fruto y a alimentar a los corderos. Esto vendrá a ser una tradición familiar en el recobro del Señor. La iglesia se multiplicará incontables veces y se expandirá y crecerá año tras año. De este modo, cuando las personas vengan a la iglesia y vean a tantas personas nuevas creciendo saludablemente, ciertamente tendrán un sentir glorioso.

SER EQUIPADOS EN LA VERDAD
Y CRECER EN VIDA
A FIN DE ALIMENTAR A LOS CORDEROS

El Evangelio de Juan es un libro que gira en torno a la vida; no obstante, a Juan también le gustaba mucho usar la palabra verdad en sus escritos. Por esta razón, en sus epístolas, al igual que en su evangelio, él primero menciona la verdad y después presenta el asunto de la vida. Esto nos muestra un principio espiritual. Sin la verdad, no podrá haber vida; y sin la vida, no podrá existir la verdad.

En Juan 14:6 el Señor puso juntas la vida y la verdad. Luego, en el capítulo 15 el Señor habló del asunto de llevar fruto. Esto indica que llevar fruto tiene mucho que ver con la vida y la verdad. En términos de nuestra experiencia, nuestra esterilidad pone de manifiesto nuestra carencia en cuanto a la vida. ¿Por qué somos estériles? Es porque no somos ricos en cuanto a la vida. Si tenemos abundancia de vida, espontáneamente llevaremos fruto. Si estamos atentos al asunto de llevar fruto, ciertamente estaremos atentos a nuestro crecimiento en vida. Y si hemos de prestar atención al crecimiento en vida, también debemos prestar atención a cómo estamos buscando la verdad. Una vez que adquiramos la verdad, esto nos llevará a experimentar a Cristo. De este modo, podremos pastorear a nuestros corderos. De lo contrario, no tendremos nada con que alimentar a nuestros corderos y nos será imposible cuidar de ellos. Es posible, que aún sin conocer la verdad y sin crecer en vida podamos ayudar a las personas a que sean salvas y se bauticen; sin embargo, si carecemos del debido conocimiento de la verdad y no experimentamos a Cristo lo suficiente, no podremos cumplir apropiadamente con nuestra responsabilidad de alimentarlos.

Los padres alimentan a sus hijos dándoles alimento para que coman y leche para que beban. De la misma manera, si queremos alimentar a nuestros corderos, debemos primero prepararles el alimento y la leche espirituales. La palabra del Señor es el pan de vida (Jn. 6:35, 63) y la leche espiritual (1 P. 2:2). Si conocemos la verdad contenida en la Biblia y la palabra del Señor, podremos darles mucho alimento a nuestros corderos. Por ejemplo, podemos usar el Evangelio de Juan para alimentar a otros, diciendo: “En Juan 1 dice que el Señor era Dios, y que siendo Dios, se hizo carne. Más aún, con Él vino la verdad, que es la Palabra de Dios. Luego, el capítulo 8 dice que la verdad nos hará libres, y el capítulo 17 dice que somos santificados en la verdad. En realidad, la verdad no es nada menos que el Señor Jesús mismo. Por ello, debemos amar al Señor, orar a Él todo el tiempo, y leer Su palabra todos los días”. ¡Cuán bueno es esto! El Evangelio de Juan habla de la vida y la verdad. Esta vida y esta verdad no son nada menos que el Señor Jesús, y hoy en día Él es el Espíritu que vive en nosotros y nos da Su suministro diariamente. Por eso, el capítulo 6 nos dice que el Señor es el pan de vida que podemos comer (vs. 35, 48). Cuando le comemos, vivimos por causa de Él (v. 57).

Si tenemos un conocimiento rico de la verdad y una medida considerable de experiencia en cuanto a la vida, cuando salgamos a visitar a nuestros corderitos, podremos suministrarles la leche de la palabra de acuerdo con su situación. Ésta es la manera apropiada de poner en práctica el alimentar a los corderos. Lamentablemente, cuando la mayoría de nosotros ve a sus corderos, lo único que hacemos es decirles: “¿Estás asistiendo a la reunión del día del Señor? ¿Por qué no vienes a la reunión? La reunión es muy buena; tienes que venir”. Lo único que sabemos es decirles esto a nuestros corderos una y otra vez. Al final, ellos se cansarán de nosotros y gradualmente no querrán vernos más porque saben que no tenemos otra cosa para decirles, excepto: “La reunión es muy buena, por favor, venga”. Esto no es alimentarlos; se parece más bien una orden para que comparezcan ante un tribunal. Por consiguiente, ellos, no sólo se quedan sin el suministro, sino que además se cansan de nosotros.

Por consiguiente, cuando veamos a nuestros corderos, en lugar de decirles: “La reunión es en verdad muy buena, por favor, venga”, debemos presentarles la verdad. La verdad es la palabra del Señor. Quizás algunos santos digan: “Hay muchos pasajes de la Palabra que aún no entiendo; ni siquiera puedo entender el Evangelio de Juan”. Pero el Señor ya nos ha abierto todo el Nuevo Testamento a nosotros en los mensajes del Estudio-vida. Por lo tanto, si alguien no entiende el Evangelio de Juan, debe leer el Estudio-vida de Juan donde todas las verdades han sido abiertas. Una vez que lea los mensajes del Estudio-vida, podrá entender el significado intrínseco del libro.

Una vez que hayamos aprendido la verdad y veamos nuevamente a nuestros corderitos, no les diremos: “La reunión es muy buena, por favor, venga”, sino que más bien, debemos invitarlos a que lean Juan 1:14 con nosotros: “Y el Verbo se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros [...] lleno de gracia y de realidad”. Luego podemos explicarles: “La realidad aquí es la verdad, y la verdad es la explicación de Cristo. Esta explicación se encuentra en todo el Evangelio de Juan. Los versículos del 31 al 36 del capítulo 8 nos dicen que todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Sin embargo, la verdad nos hará libres. Por consiguiente, debemos procurar la verdad, y cuando la obtengamos, ésta nos hará libres”. Estas sencillas palabras les suministrará una taza de la “leche de la palabra” y dos pedacitos de “alimento sólido” para que puedan ser nutridos con algo sustancioso. Entonces, cuando ellos regresen, el Espíritu Santo ciertamente obrará por medio de nuestro hablar, por cuanto la palabra del Señor es espíritu, y el Espíritu operará en ellos. Aunque no les pidamos que vayan a la reunión, sin duda vendrán la próxima vez.

Más adelante, podemos hablarles un poco más, diciendo: “La verdad no sólo puede hacernos libres; ella también es una explicación del Señor. El Señor es vida y Él está dentro de nosotros. Juan 15 dice que tenemos que aprender a permanecer en el Señor y que el Señor también permanecerá en nosotros. Entonces moraremos mutuamente con el Señor. Podemos disfrutarlo a Él, y Él puede ser nuestra vida. Con el tiempo, podremos llevar fruto para que el Padre sea glorificado”. Si los alimentamos continuamente de esta manera, después de dos o tres meses ellos crecerán en la vida divina, la vida rebosará en ellos, y ellos llevarán fruto y traerán personas al Señor. Ese fruto entonces se convertirá en los corderos de ellos, y ellos los alimentarán de la misma manera en que nosotros los alimentamos. De esta manera, un eslabón se conectará con el otro: nosotros cuidamos de ellos como nuestros corderos, ellos cuidan de otros como sus corderos, y estos corderos cuidarán a su vez de otros como corderos. ¡Cuán glorioso sería esto! Esto es el rebosamiento de la vida y la alimentación de la vida.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top