Revelación y visión de Dios, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8827-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Al comienzo del Nuevo Testamento, cuando vino Juan el Bautista, parecía que el velo se iba a abrir, pero todavía no se abría. En Juan el Bautista no podemos ver mucho del misterio escondido en Dios. Luego, cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, una vez cuando estaba en la región de Cesarea de Filipo preguntó a los discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?”. Ellos dijeron: “Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o uno de los profetas”. Esto quiere decir que esos hombres eran como ciegos que tocaban el elefante. El Señor Jesús les siguió preguntando: “Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?”. Simón Pedro respondió, y dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt. 16:13-16). Lo que Pedro vio fue maravilloso, y probablemente fue sólo una rendija que se abrió entre los velos para que él echara un vistazo (v. 17). Es por esto que después él aún dijo tantas cosas insensatas.
Otra ocasión en la que Pedro dijo algo insensato fue en Hechos 10. Mientras Pedro estaba orando en la azotea, le sobrevino un éxtasis; vio un objeto semejante a un gran lienzo que descendía del cielo, en el cual había de todos los cuadrúpedos y reptiles de la tierra y aves del cielo. Entonces le vino una voz que le dijo: “Levántate, Pedro, mata y come”. En ese momento, él dijo algo insensato: “Señor, de ninguna manera; porque ninguna cosa profana o inmunda he comido jamás” (vs. 9-16). La visión que tuvo en la región de Cesarea de Filipo era como el sol naciente que aún no ha salido por completo; la visión que tuvo el día de Pentecostés era como el sol al medio día. No obstante, en Hechos 10, Pedro, estando confundido otra vez, perdió la visión. Aunque le llegó la visión, no la pudo aceptar. Recibió una visión, pero no la pudo entender.
Fue con Pablo que la revelación del misterio fue grandemente dada a conocer, fue develada. Pero de su totalidad, quedaba una pequeña parte que aún no había sido dada a conocer. No fue hasta que el envejecido Juan escribió el libro de Apocalipsis que la revelación del misterio fue totalmente dada a conocer. El término revelación significa que se ha abierto el velo. El libro de Apocalipsis abre completamente los detalles finales, es decir, abre los siete sellos (5:5) que sellaban el libro, el misterio de Dios, que estaba en la mano derecha del Señor Jesús. En el relato de Apocalipsis, los siete sellos se abren uno por uno. Después de la apertura del séptimo sello aparecen siete trompetas (8:2), que son el contenido del séptimo sello. El libro de Apocalipsis primero abre el velo y luego toca la trompeta. Tocar la trompeta significa proclamar fuertemente, dejar en claro. No es suficiente sólo abrir el velo y romper los sellos; aún existe la necesidad de tocar las trompetas fuertemente, de gritar. Después de la apertura del séptimo sello, se tocan las siete trompetas, una después de la otra. Además, la séptima trompeta incluye las siete copas (16:1). Para este tiempo, el velo está totalmente abierto.
Hoy en día el velo le ha sido completamente abierto al recobro del Señor, pero puede ser que siga cerrado a muchos que forman parte del clero en el catolicismo y a muchos de los pastores y ministros en el protestantismo. Si les pregunta a ellos: “¿Qué es el libro de Apocalipsis?”, probablemente contestarán: “Es mejor no abordarlo ni prestarle atención; si no se meterá en problemas”. No sólo eso, la Iglesia Católica y algunas denominaciones protestantes hasta han regresado al Antiguo Testamento. Por ejemplo, las vestiduras que usan sus sacerdotes se conforman íntegramente al modelo del Antiguo Testamento. Esto comprueba que han cerrado el velo nuevamente. Por lo tanto, el catolicismo es una “religión con velo”, una religión sin revelación. Sin embargo, la característica del recobro del Señor es que el velo le ha sido abierto por completo desde el primer capítulo de Génesis hasta el último capítulo de Apocalipsis. Si ustedes han dedicado algún tiempo a estudiar los escritos que hemos publicado entre nosotros, especialmente en los últimos diez años, pueden ver que el velo nos ha sido totalmente abierto. Tomen como ejemplo la última publicación La economía neotestamentaria de Dios. Este libro tiene un total de cuarenta y cuatro capítulos, de los cuales los últimos diecinueve son acerca de la escena final, la Nueva Jerusalén. Puedo decir que la Nueva Jerusalén, no sólo en su contenido, sino en todos sus detalles, ha sido explicado plenamente y abierto completamente a ustedes. Es por esto que se ha incluido como parte de su currículo, y estoy totalmente de acuerdo con ello.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.