Estudio más profundo en cuanto a la impartición divina, Unpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7461-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Esta impartición empezó con la economía de Dios. Antes de los siglos, Dios, en este universo, tuvo un deseo en Sí mismo que consistía en forjarse en Su pueblo escogido, creado, redimido y regenerado a fin de ser la vida y el elemento divino de ellos. Aunque son seres humanos, ellos han nacido de Dios para tener la naturaleza y la vida de Dios y así llegar a ser verdaderos hijos de Dios. Como tales, estas personas llegan a ser la expresión de Dios, y esta expresión llega a ser el Cuerpo de Cristo, que también es la plenitud de Cristo. Esta plenitud consiste en las riquezas del Dios Triuno que han sido forjadas plenamente en Su pueblo escogido, regenerado y transformado. A fin de que se logre esto, Dios en Su economía tiene que disponer ciertas cosas y tener un plan, y debe encontrar algunos que sean fieles y útiles para confiarles esta responsabilidad. Entre ellos el grupo más importante son los primeros apóstoles. Dios les dio a ellos la mayordomía para que asumieran la responsabilidad de impartir todas las riquezas de Cristo a los hijos de Dios, esto es, al Cuerpo de Cristo. Las catorce epístolas de Pablo son una revelación completa. Ellas nos muestran cómo Pablo y sus colaboradores cumplieron la mayordomía de distribuir las riquezas de Cristo a la gran familia de Dios al escribir las catorce Epístolas. Las Epístolas nos traen una impartición inescrutable y siempre fresca a través de los siglos, incluso hasta el día de hoy. Esta noche, en esta pequeña reunión, lo que estamos haciendo y aquello que estamos tratando es esta misma impartición. Estamos reunidos en Su nombre, es decir, estamos en Su Espíritu. Aquí estamos reunidos en torno a Su Palabra para considerar la revelación hallada en la Palabra, y especialmente la visión revelada en las catorce epístolas de Pablo. Si vemos esta visión, comprenderemos que nuestra necesidad es las riquezas de Cristo que nos imparte Pablo. No necesitamos cultivarnos espiritualmente ni tratar de reformarnos. Lo único que necesitamos es recibir una y otra vez esta impartición divina de parte de Pablo de una manera lenta y continua, desde la mañana hasta la noche, y desde la noche hasta la mañana. En términos prácticos, Cristo en resurrección es el Cristo pneumático. Por lo tanto, en todo lugar y en todo momento, Él puede entrar en nosotros, estar con nosotros y ser nuestra vida y nuestro elemento interior.
La mayoría de los cristianos de hoy se han alejado de la verdad apropiada y se han apartado de la impartición interna de Cristo para ir en pos de las obras humanas, los méritos humanos y la religión humana. Nosotros mismos hemos estado bajo esta influencia y no estamos libres de ella incluso hasta hoy. Siempre que leemos algo de la Biblia, nos proponemos hacerlo y cumplirlo. Sin embargo, esta determinación debe ser condenada y rechazada. Dios no quiere que nosotros decidamos hacer lo que la Biblia dice; Él únicamente quiere que recibamos Su impartición.
Quisiera ahora leerles Himnos, #215. Este himno expresa muy bien lo que quiero decir. La estrofa 1 dice:
Oh Cristo, mi buen Salvador,
En verdad, radiante y divino;
El infinito, eterno Dios,
Finito en tiempo, se humanó.
¡Oh, Cristo del gran Dios: la expresión!
¡Abundante, muy rico es Él!
Esta persona nos ha sido dada para que la disfrutemos, no para que la imitemos.
Dios mezclado con humanidad
Vive en mí, mi todo es Él.
Él no vive en nosotros para ser nuestro modelo. Si fuera así, tendríamos que hacer algo. En lugar de ello, Él vive en nosotros para ser nuestra porción bendita, a fin de que podamos disfrutarle. Los nutricionistas modernos nos dicen que somos lo que comemos. Los estadounidenses comen mucha carne. Como resultado, incluso huelen a vaca. Nosotros llegamos a ser eso mismo que disfrutamos como nuestro alimento. En Juan 6:57 el Señor Jesús dijo que el que le come vivirá por causa de Él. Se trata de los que le comen, y no de los que le imitan. Los que le comen son aquellos que le disfrutan. El Señor Jesús es comible y bebible. Los que le comen y beben lo tendrán a Él en su interior como vida y nutrientes vitales, y podrán vivir por causa de Él. En esto consiste la economía de Dios y Su impartición. Ésta es la meta de la obra del apóstol en nosotros, a saber: mediante sus epístolas, él podría transfundirnos y fortalecernos y también impartir en nosotros, poco a poco, al Cristo a quien él experimentaba, y que este Cristo impartido en nosotros no fuese nuestro ejemplo ni siquiera nuestro poder, sino nuestro alimento. Este alimento finalmente llega a ser nuestra fuerza. Esto no es el resultado de nuestra labor, sino de nuestro crecimiento. La estrofa 2 dice:
En Ti mora la plenitud
Del gran Dios y expresas Su gloria;
Hiciste en carne redención,
Y como Espíritu la unión.
Si Él no hubiese llegado a ser el Espíritu, no podría ser uno con nosotros. El Nuevo Testamento dice que el que se une al Señor es un solo espíritu con Él. Esto es posible porque en la resurrección Él llegó a ser el Espíritu vivificante. La estrofa 3 dice:
El Padre Su todo te dio,
En Espíritu te tomamos,
Por Él Espíritu en mí,
Yo te experimento así.
No dice que Él llegará a ser nuestro modelo, sino nuestra experiencia. Su experiencia es mi historia. Mi andar hoy es una continuación de Su historia. La estrofa 4 dice:
Es por Tu Palabra eficaz
Que el Espíritu me da vida;
Tocándola recibiré
Tu misma esencia en mi ser.
Él no está en nosotros como nuestra norma, sino como nuestro suministro. La estrofa 5 dice:
Te miro en mi espíritu hoy
Y Tu gloria voy reflejando;
Yo transformado así seré,
Tu imagen pura expresaré.
Esto significa que llegamos a ser Su réplica. Él se reproduce y manifiesta desde nuestro interior. Él y nosotros llegamos a ser perfectamente uno. Él es nuestra vida interiormente, y nosotros llegamos a ser Su vivir externamente. De este modo, Él se expresa por medio de nosotros. La última estrofa dice:
Tu Espíritu me impregnará,
Saturando Dios cada parte;
Librándonos del viejo Adán,
Podrás Tu iglesia edificar.
Esto significa que somos edificados en el espíritu para ser la morada de Dios en el espíritu. Esto es lo que Dios anhela, y es la meta que procura alcanzar la mayordomía de los apóstoles.
Espero que todos los hermanos y hermanas, viejos o jóvenes, independientemente de si recientemente fueron salvos o han servido al Señor por largo tiempo, vean esta visión. Hoy en día, Dios no tiene la intención de que hagamos nada por nosotros mismos. Es cierto que todo lo que Él quiere que hagamos debemos hacerlo. Pero Dios quiere que lo hagamos todo dependiendo de Él, tomándolo como vida y permitiendo que Él se imparta en nuestro ser. Cuando lo disfrutamos y experimentamos, podemos expresarlo. Eso es lo que Dios anhela. Cuando ustedes se vayan a casa, no tienen que proponerse hacer nada. Lo único que necesitan hacer es sentarse silenciosamente delante del Señor. Tampoco necesitan arrodillarse. Eso no significa que no debamos arrodillarnos, sino que no es necesario hacerlo. Si ustedes permanecen en silencio delante del Señor, y permiten que su espíritu refleje interiormente la luz que han visto en estos pasados días, comprenderán que lo que necesitan y les hace falta no es hacer algo sino recibir Su impartición día a día. Ustedes necesitan recibir la palabra del Señor cada día, y contactar Su Espíritu. De esa manera, el Señor vendrá a ser su suministro. Si usted tiene problemas con el mal genio y suele enojarse con su esposa y sus hijos, tal vez se diga a sí mismo: “Después de escuchar estos mensajes, me siento muy avergonzado. He sido cristiano por veintiocho años, y hasta el día de hoy todavía me enojo con mi esposa y mis hijos. Eso es una vergüenza para mí. Cuando regrese a casa, ayunaré por tres días y le pediré al Señor que me salve, que tenga compasión de mí y me quite mi mal genio. Yo no tengo suficiente fuerza. No puedo hacerlo, pero estoy dispuesto a confiar en el Señor y pedirle que me cambie.”. Puedo asegurarle que esa oración no será contestada. Esa clase de oración es un insulto para Dios. Él desea entrar en usted para llegar a ser usted mismo y reemplazarlo. Usted tiene que entregarse a Él. Entonces Él se dará a usted. Él llevará una vida injertada junto con usted. Cuando dos árboles son injertados, no intercambian sus vidas. Al contrario, las dos vidas se mezclan como una sola y los dos árboles se mezclan como uno solo. Ambos viven, pero no viven cada uno por separado; al contrario, viven mutuamente el uno en el otro. La rama injertada vive en el árbol y el árbol vive en la rama injertada. Las dos vidas llegan a ser una sola vida, y los dos vivires llegan a ser un solo vivir. Eso es lo que es la vida injertada, y también la vida mezclada.
Gálatas 2:20 habla de esta vida. Después de decir: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo”, dice: “Mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe...”. La vida que ahora vivo es una vida en la cual Cristo se expresa en mi vivir. Es cierto que Cristo vive, pero Él vive en nosotros. Es preciso que veamos claramente que lo que el Señor desea es que nosotros y Él nos mezclemos como una sola entidad. El Señor es nuestra persona, y nosotros somos Su expresión; los dos llegamos a ser uno solo. “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él” (1 Co. 6:17). El pensamiento central de todas las epístolas de Pablo con sus miles de exhortaciones e instrucciones es éste: Cristo vive en nosotros y se expresa por medio de nosotros. Nosotros no tenemos que hacer nada. Ésta es la mayordomía que Pablo recibió. En los pasados dos mil años, él ha estado realizando esta obra de impartición en la tierra. Aunque él no está con nosotros hoy, sus palabras todavía están aquí. Aunque él partió con el Señor, todavía sigue hablándonos. Por medio de este hablar, las riquezas del Cristo pneumático se imparten poco a poco en nosotros. De este modo, Cristo se aumenta en nosotros, y por medio de este aumento nosotros crecemos en vida. A medida que crecemos, nuestro yo, nuestro hombre natural, mengua y es anulado, y nosotros somos liberados de nosotros mismos y nos unimos a los santos para ser edificados como parte de la morada de Dios, que es la iglesia.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.