Enseñanza de los apóstoles, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-554-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Ahora queremos pasar a ver los oficios de Cristo en Su ascensión. En Su ascensión El es el Cristo (Hch. 2:36b). El es el Ungido de Dios que lleva a cabo la comisión de Dios, la gran comisión de la economía neotestamentaria de Dios, la cual es eterna. Como el Cristo, El ha sido comisionado y designado por Dios para llevar a cabo el plan eterno de Dios, Su economía eterna. También es el Señor (v. 36b; 10:36b). Como Señor, El es el Poseedor, el Dueño, el que tiene el poder de poseer todas las cosas, todos los asuntos y todas las personas. Cristo es el Poseedor y Dueño de todo lo que hay en el universo.
En Su ascensión El es el Líder, el Príncipe (5:31a). La palabra en griego que se traduce “príncipe” también significa “líder, autor, u originador” (3:15). Cristo es el Príncipe, el Líder. El reina sobre todas las cosas en la tierra. Hechos 5:31 indica que Cristo, como Príncipe y Líder, dirige toda la situación y ambiente del mundo de modo que los escogidos de Dios puedan ser salvos uno por uno. Con Su autoridad El rige soberanamente la tierra a fin de que el ambiente sea propicio para que el pueblo escogido de Dios reciba Su salvación (cfr. 17:26-27; Jn. 17:2).
Luego el Líder llega a ser nuestro Salvador (Hch. 5:31a). El nos llevó a una posición para salvarnos, y El está capacitado para salvarnos. En ascensión, no sólo es nuestro Salvador, sino también nuestro Sumo Sacerdote (He. 4:14-15; 7:26). Ahora, después de salvarnos, está orando por nosotros en los cielos. Ahora Cristo como Sumo Sacerdote se encarga de nosotros delante de Dios, y nos está cuidando en nuestro ambiente. También es un Ministro (8:2). Mientras está orando por nosotros y cuidándonos, se está ministrando a Sí mismo con todas Sus riquezas, dentro de nosotros. En Su ascensión, Cristo también es el Soberano de los reyes de la tierra (Ap. 1:5a). Todos los reyes están bajo El. Los gobernantes de este mundo no son los gobernantes verdaderos. Cristo es quien rige el mundo. El también es la Cabeza sobre todas las cosas (Ef. 1:22) y la Cabeza de la iglesia (5:23a).
Nadie puede compararse con Cristo. El es el Cristo, el Señor, el Líder, el Salvador, el Sumo Sacerdote, el Ministro, el Soberano de los reyes de la tierra, la Cabeza sobre todas las cosas, y la Cabeza de la iglesia. El objetivo de que El sea la Cabeza sobre todas las cosas es que El sea la Cabeza de la iglesia, lo cual significa que todo lo que El es, lo es para la iglesia. Ahora nosotros estamos en la iglesia, la cual es muy bendecida teniendo por Cabeza al Cristo todo-inclusivo.
El ministerio celestial de Cristo es la continuación y el complemento de Su ministerio terrenal. No debemos pensar que el ministerio de Cristo ha terminado. Su ministerio todavía continúa en los cielos. Su ministerio en los cielos es una continuación del ministerio que llevó a cabo en la tierra. Esta continuación también es el complemento. Sin el ministerio celestial de Cristo, Su ministerio terrenal nunca podría ser complementado ni completado.
El ministerio terrenal de Cristo comenzó con Su bautismo en agua y Su unción con el Espíritu Santo, y terminó en Su resurrección (Mt. 3:16; Lc. 4:18-19; Mr. 16:9a, 19). Cuando Cristo fue bautizado en agua, fue ungido por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo como paloma descendió sobre El. Eso fue la unción realizada por Dios por medio del Espíritu Santo. Eso lo instauró en Su ministerio. Primero, El fue designado y nombrado por Dios. Luego, fue inaugurado en el río Jordán cuando fue bautizado. El tiempo desde Su bautismo hasta Su resurrección fue el período de Su ministerio terrenal. Los puntos principales de la sección de Su ministerio terrenal son Su vivir humano, Su crucifixión y Su resurrección.
El ministerio celestial de Cristo comenzó desde que el Espíritu Santo fue derramado sobre El, y concluirá en la segunda aparición de Cristo en la tierra (Hch. 2:1-4, 17, 33; He. 9:28b; 2 Ti. 4:1b). Los asuntos principales en la sección de Su ministerio celestial son ocuparse de la iglesia, haciéndola una iglesia gloriosa, hacer válido el nuevo pacto y ejecutar el nuevo testamento, ministrar a los creyentes como Sumo Sacerdote, Abogado, y Ministro en los cielos, regresar, y transfigurar a los creyentes.
En Su ministerio terrenal, El ministraba como Cordero (Jn. 1:29). Como Cordero en Su ministerio terrenal, Cristo efectuó la plena redención para nosotros al ser inmolado en la cruz para pasar por la muerte todo-inclusiva conforme a los requisitos de Dios: la justicia, la santidad y la gloria.
En Su ministerio celestial El ministra como León-Cordero (Ap. 5:5-7). El León-Cordero es indicio de que el propio Cristo quien era el Redentor ha venido a ser el Victorioso como León. En Su ministerio celestial, como Aquél quien es victorioso, El conquistará a todos Sus enemigos y traerá Su reino a la tierra.
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