Estudio-vida de Josué, Jueces y Rutpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6224-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El capítulo 24 contiene las últimas palabras de Josué para todas las tribus de Israel junto con sus ancianos, sus cabezas, sus jueces y sus oficiales.
Josué les recordó las obras maravillosas que Jehová su Dios había hecho con sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob, y con ellos mismos en Egipto, en el desierto y en Canaán, la buena tierra (vs. 1-13).
En sus últimas palabras a todas las tribus, Josué también les encargó temer a Jehová y servirle en sinceridad y fidelidad, y a quitar de entre ellos los dioses a los cuales habían servido sus padres al otro lado del Río y en Egipto (v. 14). Josué les dijo que si les parecía mal servir a Jehová, ellos debían escoger por sí mismos a quién servir: si a los dioses del otro lado del Río o a los dioses de los amorreos. Después, Josué les aseguró que él y su casa servirían a Jehová (v. 15).
El pueblo le respondió que ellos no abandonarían a Jehová para servir a otros dioses (vs. 16-18). Ellos declararon que, puesto que Jehová los había sacado de la tierra de Egipto, había hecho grandes señales delante de ellos y los había guardado por todo el camino, y había echado de delante de ellos a todos los pueblos, ellos servirían a Jehová, pues Él era su Dios.
Josué les advirtió que Jehová les haría mal y habría de consumirlos si ellos abandonaban a Jehová y servían a dioses ajenos (vs. 19-20). Entonces, les encargó que quitaran los dioses ajenos que estaban entre ellos e inclinaran sus corazones a Jehová, el Dios de Israel (v. 23).
Finalmente, Josué hizo un pacto en representación del pueblo de Israel en Siquem. Además, les hizo estatuto y ordenanza, y tomó una gran piedra y la erigió allí debajo del terebinto que estaba junto al santuario de Jehová, para que ella sirviera de testigo contra Israel, no sea que ellos obrasen con engaño contra su Dios (vs. 25-27).
Josué murió a la edad de ciento diez años, y fue sepultado en el territorio de su heredad, en Timnat-sera, que está en la región montañosa de Efraín (vs. 29-30).
Israel sirvió a Jehová durante todos los días de Josué y durante todos los días de los ancianos cuyos días se extendieron más que los de Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel (v. 31).
Los huesos de José, que habían sido traídos por los hijos de Israel desde Egipto, fueron enterrados en Siquem (v. 32). Fueron sepultados en la parte del campo que Jacob había comprado de los hijos de Hamor, padre de Siquem (Gn. 33:18-19), la cual pasó a ser heredad de los hijos de José.
El libro de Josué concluye con una palabra respecto a la muerte y sepultura de Eleazar, hijo de Aarón (24:33). Eleazar fue sepultado en el collado de Finees, su hijo, que le había sido dado en la región montañosa de Efraín.
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