Cómo disfrutar a Dios y cómo practicar el disfrute de Diospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6564-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Muchos hermanos y hermanas se sorprenden de que este año hayamos tenido tantas conferencias. Tuvimos una conferencia en febrero, y ésta es nuestra segunda conferencia en el mes de marzo. Quizás algunos se pregunten por qué hablamos tanto de disfrutar a Dios. Este tema es sin duda inagotable. De hecho, éste es el tema de toda la Biblia. Sin embargo, en esta conferencia nuestro énfasis será sobre cómo practicar el disfrute de Dios.
Aunque los santos en la iglesia en Taipéi están dispuestos a comer, beber y disfrutar a Dios, ellos sienten que esto es un desafío porque no saben cómo comer, beber y disfrutar a Dios. ¿Cómo puede uno leer la Biblia de manera que contacte a Dios? ¿Cómo puede uno orar de manera que le inhale? Muchos hermanos y hermanas todavía no conocen la clave de estas prácticas. Por ello, nosotros ahora nos concentraremos en la práctica de disfrutar a Dios, y abarcaremos algunos puntos cruciales relacionados con nuestra práctica. En los siguientes mensajes consideraremos primero la práctica de disfrutar a Dios por medio de la lectura de la Biblia y después la práctica de disfrutar a Dios mediante la oración.
En cuanto a la práctica de leer la Biblia, es necesario hacer notar algunos asuntos básicos.
Si comprendemos que la relación de Dios con el hombre se basa en el hecho de que Él sea comida para el hombre, esto tendrá un efecto significativo en nuestra lectura de la Biblia. A fin de disfrutar a Dios cuando leemos la Biblia, debemos entender que el camino que Dios ha escogido es el de satisfacer al hombre como alimento. De este modo, Él puede mezclarse completamente con el hombre, y ser la vida y el todo para el hombre. Éste es un asunto muy básico.
Nosotros leemos la Biblia a fin de buscar a Dios, de tal modo que podamos tener una relación apropiada con Él. Nuestra lectura de la Biblia calibra y corrige nuestra relación con Dios. Dios, en Su relación con el hombre, es alimento para él. Por lo tanto, en nuestra relación con Dios, debemos recibirlo como alimento. Hemos dicho esto muchas veces. Hablando con propiedad, Dios no quiere que lo adoremos ni sirvamos. Él no quiere que hagamos nada para Él. El que lo adoremos, sirvamos y hagamos cosas para Él es secundario. Su mayor deseo es ser alimento para nosotros. Él quiere que nosotros seamos llenos de Él en vez de que hagamos algo para Él. Dios desea ser nuestro alimento a fin de saciarnos en lugar de que participemos en alguna labor. Es preciso que entendamos esto. Muchas personas no saben cómo leer la Biblia porque no tienen un entendimiento apropiado de este concepto.
Un hermano puede decir que él lee la Biblia a fin de conocer el deseo de Dios y de andar conforme a Su deseo. Aunque la intención del hermano es buena, y sus palabras sean muy loables, ellas revelan que, según su concepto, Dios está en busca de personas que le agraden. Este concepto representa un problema.
Debemos recordar que el camino de Dios consiste en ser alimento para el hombre. Él no tiene la intención de que el hombre haga nada para Él. Dios nos dio la Biblia para que nosotros le disfrutáramos como alimento. Él no quiere que estemos bajo ninguna clase de precepto. Esperamos que todo hijo de Dios vea claramente este asunto para que pueda decir con denuedo: “Yo leo la Biblia a fin de comer a Dios. Mi necesidad es comer, comer y comer. Tengo hambre y necesito ser alimentado. Dios es mi comida y mi satisfacción. Él se hizo disponible por medio de Su Palabra. Por eso, cuando leo la Palabra, estoy comiendo a Dios”. Cada vez que leemos la Biblia, debemos tener un entendimiento sencillo y definido de que nuestro propósito es comer, beber y disfrutar a Dios, porque Dios es comida.
Debemos además saber que la Biblia es la expresión misma de Dios. La Biblia es la palabra de Dios, Su palabra es Su aliento y Su aliento es Su expresión. Por lo tanto, cada vez que leamos la Biblia, debemos tener un claro entendimiento de que ella es Su expresión. Dios se expresa en la Biblia. Cuando leemos este libro, no debemos simplemente obtener doctrinas o palabras; más bien, debemos tocar a Dios mismo. Dios es Espíritu y también es la Palabra. Cuando oramos, estamos inhalando a Dios, y cuando leemos, estamos comiendo y bebiendo a Dios.
El profeta Jeremías dijo que él halló las palabras de Dios y las comió (Jer. 15:16). El Señor Jesús dijo que no sólo de pan viviría el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt. 4:4). Por lo tanto, comer las palabras de Dios no es una idea inventada por nosotros, sino un concepto que se halla en la Biblia.
Si leemos la Biblia simplemente como doctrinas y hechos, haremos de ella un libro de letras. Puesto que la Biblia es la palabra de Dios, y el Señor dijo que Sus palabras son Espíritu, si contactamos la Biblia con nuestro espíritu, ésta llegará a ser espíritu y nosotros podremos comerla. La misma Biblia puede ser un libro de letras o puede ser espíritu para nosotros. Si ha de ser letras o espíritu, ello dependerá de cómo la leamos. Si la leemos simplemente con nuestra mente, será letra, pero si la contactamos con nuestro espíritu, será espíritu.
La Biblia claramente dice que la letra mata, pero que el Espíritu vivifica (2 Co. 3:6). Nunca debemos pensar que la Biblia sea siempre un libro provechoso. Muchas personas han sido perjudicadas por la Biblia. Esta afirmación quizás suene atrevida. ¿Puede la Biblia realmente hacer daño a alguien? Hablando con propiedad, la Biblia no hace daño a nadie; lo que le hace daño a la persona es la mente. Cuando una persona estudia la Biblia con su mente, automáticamente ésta se convierte en letra que mata. Esto es lo que hace daño a una persona. Si queremos recibir vida, debemos hacer uso de nuestro espíritu porque sólo el espíritu da vida. Por lo tanto, debemos contactar la Biblia con nuestro espíritu. Es únicamente en nuestro espíritu que la Biblia llega a ser la palabra viva de Dios; y es únicamente en nuestro espíritu que ella es espíritu y vida.
Espero que los hermanos y hermanas vean claramente este punto básico. Debemos entender que la Biblia es el aliento de Dios, Su expresión. Por lo tanto, cada vez que leemos este libro, estamos contactando la expresión de Dios. No debemos estudiarlo como un libro de doctrinas, pues en realidad estamos contactando a Dios. Espero que todos veamos este punto.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.