Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-2853-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Debemos tener presente que el tema de todos estos capítulos de Cantar de los cantares es la vida y la edificación. Lo que importa no es solamente la vida, sino también la edificación. En los versículos arriba vemos algo de la edificación: “Zarcillos de oro te haremos, con incrustaciones de plata” (1:11). Este versículo viene después de que el Señor llama a su buscadora “yegua del carro del faraón”. Como hemos dicho, una yegua denota algo natural, algo que se es por nacimiento. En lo relacionado con la yegua, no vemos absolutamente nada de la edificación. Por lo tanto, el Señor promete hacer una labor en ella con oro y plata. Ella no tiene estos dos materiales por naturaleza. Ellos tienen que ser edificados en ella. De modo que aquí se nos da a entender que el Señor va a edificar algo en ella.
Todos los libros de las Escrituras fueron inspirados por Dios mismo. Vemos esto claramente en Cantar de los cantares. Ningún ser humano pudo haber escrito esta poesía con todas las aplicaciones espirituales que encontramos en este libro. Si no tuviésemos la experiencia y la luz de parte del Señor, aunque fuésemos expertos en el idioma y en la poesía de este libro, no creo que pudiéramos ver el verdadero significado. El verdadero significado tiene que ver con el tema de la edificación.
De 1:11, debemos avanzar a 3:9-10, los versículos que nos hablan del palanquín. Como vimos, está construido de madera, plata, oro y grana, e interiormente está decorado. El palanquín tiene una base de oro, así como la Nueva Jerusalén. En la Nueva Jerusalén, la parte principal de la ciudad es de oro (Ap. 21:18). En aquella ciudad está el trono de Cristo el Rey. Esto coincide exactamente con el palanquín, pues tiene un asiento de grana, el cual representa la realeza del Señor. Todos estos materiales son para la edificación. El palanquín no es algo natural, pues es edificado con todos estos materiales.
El capítulo 4 dice que el cuello de la buscadora es semejante a la torre de David. La torre es una alta edificación, y esta edificación es hecha para armería. A estas alturas, es claro que la buscadora ya ha experimentado cierta medida de edificación. La vida viene primero, y luego la edificación. La vida tiene como finalidad la edificación, y la edificación es el producto de la vida.
Después de esto, la buscadora continúa mostrando progresos. Esto podemos verlo en 4:12-14: “Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; fuente cerrada, sellado manantial, vergel [paraíso] de renuevos de granado, de frutos suaves, de flores de alheña y de nardos, nardo y azafrán, caña aromática y canela, árboles de olíbano y de mirra, áloes y las más aromáticas especias” [heb.]. Ahora el Señor compara a la buscadora con un huerto. Ella no sólo es un palanquín, sino también un huerto. El propósito de este huerto es principalmente el cultivo de ciertas plantas.
Esto concuerda con 1 Corintios 3:9, donde dice que somos la labranza de Dios y el edificio de Dios. La labranza de Dios denota lo mismo que el huerto. El crecimiento tiene como finalidad la edificación. Lo que es cultivado en la labranza redunda en la edificación de la casa de Dios. La buscadora no sólo ha llegado a ser un palanquín donde Cristo puede transportarse, sino también un huerto donde crecen muchísimas especias. Finalmente, dice que este huerto es “un paraíso” (véase New Translation de Darby y la nota de la versión American Standard).
Todo lo que crece en este huerto es para la satisfacción y disfrute del Señor. Cantar de los cantares empieza describiendo cómo la buscadora come, bebe y se deleita, pero ahora el disfrute le corresponde al Señor. En los capítulos 1 y 2, la buscadora come del fruto del manzano y bebe vino en la sala de banquetes. Pero ahora, el Señor come de los frutos del huerto, y bebe el vino y la leche para Su deleite. “He venido a mi huerto [heb.], hermana, esposa mía; he recogido mi mirra y mis aromas, he comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido” (5:1).
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.