Lecciones de vida, tomo 2por Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-294-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Servir al Señor se relaciona con predicar el evangelio. Después que una persona es salva, debe predicar el evangelio y debe servir al Señor. Cuanto más un cristiano recibe gracia y es guiado por el Señor, más se deleita en servir al Señor.
1) “Yo amo a mi señor ... no quiero salir libre” (Ex. 21:5).
Una persona salva desea servir al Señor, no por haber sido animada u obligada por otros, sino por un motivo interno. Este motivo es su amor por el Señor. Su amor por el Señor le constriñe e incita a servirle a El. El versículo aquí describe un esclavo en el Antiguo Testamento quien, debido al amor por su amo, no quería salir libre al finalizar sus días de esclavitud; más bien, prefería ser un esclavo para servir a su amado amo. Esto tipifica al creyente del Nuevo Testamento que de la misma manera debe amar al Señor y servirle.
2) “Así que ... os exhorto por las compasiones de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo ... que es vuestro servicio racional” (Ro. 12:1).
Aquí el apóstol Pablo nos ruega que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo para servir a Dios. El nos ruega por las misericordias de Dios, demostrando que las misericordias de Dios, que provienen del amor de Dios, deben ser nuestro motivo en servir a Dios, las cuales nos conmueven a amarle y a servirle.
1) Ser un esclavo del Señor: “El que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo” (1 Co. 7:22). Servir al Señor es ser esclavo del Señor Cristo. En este versículo, la palabra esclavo se refiere a uno que ha sido vendido y que ha perdido su libertad. Tal posición revela el significado de servir al Señor. Nuestro servicio al Señor no es hacer una gran obra, sino ser esclavo de Cristo para servir al Señor. Así que, en Romanos 12:11, el verbo usado para describir a uno que sirve al Señor es simplemente la forma verbal de la palabra esclavo y debería ser traducida “servir como esclavo”
2) Ser sacerdotes de Dios: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando...” (Hch. 13:2). Aquí, la palabra ministrando, literalmente se refiere al hecho de servir como sacerdote; ésta es la misma palabra usada en Hebreos 10:11 para el ministerio (servicio) de un sacerdote. Servir a Dios como sacerdote significa manejar delante de Dios todas las cosas relacionadas con la adoración a Dios. Esto requiere que nosotros constantemente nos acerquemos a Dios y nos presentemos ante El.
3) Ser los miembros del Cuerpo de Cristo: “Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo [de Cristo], como El quiso” (1 Co. 12:18). Nosotros los creyentes somos todos miembros colocados por Dios en el Cuerpo de Cristo, y cada miembro tiene su función. Cuando desempeñamos nuestro cargo de ministrar en el Cuerpo de Cristo según nuestra función, estamos también sirviendo al Señor.
4) Predicar el evangelio: “Dios, a quien sirvo ... en el evangelio de Su Hijo” (Ro. 1:9). Predicar el evangelio es también servir a Dios. Esto significa que traemos pecadores a Dios tal como los sacerdotes trajeron sacrificios para ofrecer a Dios. Es por esto que Romanos 15:16 dice que predicar el evangelio de esta manera es ser un ministro, un “sacerdote del evangelio de Dios”. Esta clase de servicio es valioso, y cumple la economía eterna de Dios.
5) Cuidar a los santos: “Consoléis a los pusilánimes, que sostengáis a los débiles” (1 Ts. 5:14); “Contribuyendo para las necesidades de los santos; prontos a ejercer la hospitalidad” (Ro. 12:13). Estas palabras nos muestran que debemos cuidar de los santos inmaduros, débiles, enfermos, en necesidad o en aflicción. Esto es también un servicio al Señor.
6) Servir a la iglesia:
1. Como anciano: “Los ancianos que están entre vosotros ... pastoread el rebaño de Dios que está entre vosotros, velando sobre él” (1 P. 5:1-2). Pastorear y velar sobre el rebaño de Dios, que consiste de los santos en la iglesia, es servir a la iglesia y es muy valioso. Esto también es un servicio al Señor.
2. Como diácono. La palabra diácono es el sustantivo del verbo ministrar. Por lo tanto, un diácono es uno que sirve, que atiende a los asuntos en la iglesia y ministra a los santos. Tal servicio es de índole general y es también un servicio al Señor.
3. Hacer cosas generales. Aparte de los deberes de un anciano y de los de un diácono, hay muchas otras tareas misceláneas en la iglesia, tales como transportar huéspedes, limpiar y arreglar los lugares de reunión, acomodar, comprar, hacer trabajo de oficina, llevar la contabilidad y servir en la oficina administrativa, todos los cuales requieren el servicio de la gente. Esta es otra categoría de servicio al Señor.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.