Experimentamos a Cristo como las ofrendas para presentarlo en las reuniones de la iglesiapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1188-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-1188-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Todas las mañanas debemos presentar a Cristo como ofrenda por nuestro pecado. Si uno no desayuna bien por la mañana, no podrá pasar bien durante el día. Del mismo modo, por la mañana debemos ofrecer correctamente a Cristo como la ofrenda por nuestro pecado. Uno debe ofrecer a Cristo como un gran toro inmolado como ofrenda por el pecado. Si queremos gozar de buena salud, debemos tomar un buen desayuno. Si deseamos tener salud espiritual, debemos empezar el día ofreciendo a Cristo como ofrenda por nuestro pecado. No diga que no tiene el deseo de ofrecer a Cristo como ofrenda por el pecado y que su espíritu está adormecido, pues eso muestra pereza de su parte. Los que no desayunan bien, dicen que no tienen apetito, pero no tienen apetito debido a que no comen. El apetito viene por comer. Comer abre el apetito y lo incrementa. No inventemos pretextos; debemos desayunar bien y mantenernos sanos espiritualmente al presentar a Cristo como ofrenda por el pecado en la mañana al empezar la jornada. No digamos que no tenemos el deseo de hacerlo ni un espíritu dispuesto, pues éste es nuestro deber. Si hacemos esto, gozaremos de buena salud.
Espero escuchar muchas oraciones como ésta: “Señor, gracias por haberme ayudado a empezar mi día ofreciéndote a Ti como ofrenda por el pecado. Señor, gracias por ser esta ofrenda hoy”. No obstante, muchas veces cuando oreamos, lo hacemos mecánica, rutinaria y religiosamente. No ofrecemos al Señor una oración que concuerde con las riquezas de la tipología que vemos en Su Palabra santa. Las oraciones que ofrecemos son, por lo general, comunes, religiosas y naturales, y no contienen ninguna revelación ni las riquezas heredadas de la rica palabra contenida en las Escrituras. Espero que al saber esto, nuestra oración cambie. No ofrezcamos oraciones anticuadas; ofrezcamos algo que esté a la par de la rica tipología que vemos en la Palabra, ofreciendo a Cristo como todas las ofrendas ante Dios.
Hablemos ahora de la ofrenda por las transgresiones. Supongamos que uno empieza su jornada ofreciendo a Cristo como ofrenda por el pecado, pero al llegar a la mesa para desayunar, todo está desordenado, y el desayuno no está servido. En seguida uno se enoja y se disgusta con la esposa. Entonces uno dice algo que le muestre a ella el descontento. Pero camino al trabajo, uno se siente censurado y le pide al Señor que le perdone por haber actuado en la carne. Dice: “Señor, perdóname. Te doy gracias porque Tú no eres solamente mi ofrenda por el pecado sino también mi ofrenda por las transgresiones”. Esto significa que uno ofrece al Señor Jesús como ofrenda por las transgresiones. Muchas veces en el transcurso del día necesitamos que El sea nuestra ofrenda por las transgresiones.
En el trabajo las circunstancias son tales que los compañeros nos ofenden con frecuencia. Allí una vez más pecamos. Pero cuando confesamos nuestros delitos al Señor, lo disfrutamos a El como la ofrenda por nuestras transgresiones. De regreso a casa, quizás otra persona nos ofenda, y nosotros respondamos con una mala actitud. Inmediatamente nos damos cuenta de que pecamos nuevamente. Una vez más tenemos que ofrecen a Cristo como ofrenda por las transgresiones. Digámosle: “Gracias, Señor, Tú eres la ofrenda ilimitada por mis transgresiones”.
Esta es la manera de incrementar a Cristo en nosotros para presentarlo como ofrenda por el pecado y como ofrenda por las transgresiones. Si en nuestra vida diaria practicamos esto, pronto nos enriqueceremos con Cristo como ofrenda por el pecado y como ofrenda por las transgresiones. Entonces asistiremos a las reuniones trayendo con nosotros a este Cristo, y ello se expresará en nuestra oración y en nuestro testimonio. Algo brotará al compartir. En la mesa del Señor apreciaremos al Señor y lo veremos como ofrenda por el pecado y como ofrenda por las transgresiones. Allí disfrutaremos al Señor como un toro que podemos inmolar como ofrenda por el pecado y por las transgresiones. Agradeceremos al Señor por haber puesto fin a nuestra naturaleza pecaminosa, a nuestro ego pecaminoso, y por eliminar nuestras transgresiones, nuestros delitos y nuestras malas acciones. Comprenderemos que no tenemos ningún mérito ni ninguna bondad que nos justifique ni nos haga aceptos ante Dios, y que Cristo es nuestra ofrenda por el pecado y por las transgresiones. Así la oración que elevamos en la mesa del Señor no concordará con las tradiciones. Muchas veces vamos a la reunión con las manos vacías por no experimentar a Cristo como deberíamos. No decimos nada, y si lo hacemos, sólo proferimos palabras comunes o llenas de tradición.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.