Información del libro

Evangelio de Dios, Elpor Watchman Nee

ISBN: 978-1-57593-940-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 11 de 26 Sección 2 de 5

EL ARREPENTIMIENTO EN LA MENTE DEL HOMBRE
ES DIFERENTE DEL ARREPENTIMIENTO
MENCIONADO EN LA BIBLIA

El arrepentimiento del cual habla el hombre, simplemente habla de una cosa: no está dispuesto a rebajarse a sí mismo hasta el fondo. Piensa que debe por lo menos estar un poco más elevado antes de que Dios pueda otorgarle la salvación. Este es el arrepentimiento de acuerdo a la mente del hombre. No es el arrepentimiento mencionado en la Biblia. No estoy diciendo que en la Biblia no hay doctrina del arrepentimiento. En la Biblia sí hay doctrina del arrepentimiento. Incluso la Biblia demanda que el hombre debe arrepentirse. Pero el arrepentimiento del que habla la Biblia es diferente del arrepentimiento del que hablamos hoy. ¿Entonces qué es el arrepentimiento del que habla la Biblia? Veamos lo que hay acerca de esto.

Primero, el significado de la palabra griega traducida arrepentimiento es cambio de mente. La mente es el órgano del pensamiento dentro del hombre. Por lo tanto, el arrepentimiento como se enseña en la Biblia no es cambio en conducta, sino cambio en la mente. La palabra arrepentimiento sólo significa un cambio en los pensamientos de uno y no tiene nada que ver con las obras. No tiene ninguna connotación de un cambio de conducta. Esto es el significado de la palabra.

Segundo, en el Nuevo Testamento, el arrepentimiento siempre se usa en referencia a nuestro pasado. Tiene que ver con lo que hemos hecho en el pasado, con lo que hemos pensado y dicho, y con lo que fuimos como personas en el pasado. Anteriormente, tuvimos cierta clase de conceptos y ciertos puntos de vista que considerábamos buenos y gloriosos. Ahora, por la iluminación de Dios, nuestra mente ha tenido un gran cambio. No es un cambio con una visión a una conducta futura, sino un cambio de las cosas del pasado. Cambiamos nuestra perspectiva y evaluación con respecto a muchas cosas. Originalmente, pensábamos que era una gloria y un gozo engañar a otros, y que el que fue engañado era un tonto porque ignoraba que había sido engañado. Podíamos gloriarnos y deleitarnos en esto. Pero lo que una vez considerábamos glorioso, ahora lo consideramos vergonzoso. El arrepentimiento no es para hacer el bien mañana, sino para el mal de ayer. El arrepentimiento no es decir lo que uno debe hacer en el futuro; es una reevaluación en la mente, un cambio de perspectiva, y un juicio diferente con respecto a las cosas del pasado.

En Lucas 13:3, el Señor Jesús les dijo a los judíos que si no se arrepentían de lo que hacían, iban a morir así como los galileos. Por lo tanto, el arrepentimiento consiste en cambiar de perspectiva. Consiste en ver las cosas a la luz de Dios, una luz que viene de lo alto.

Continuemos. En Hechos vemos que la palabra arrepentimiento se usa muchas veces. Hechos 8:22 dice: “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega al Señor, si quizás te sea perdonada la intención de tu corazón”. Aquí, Simón trató de comprar con dinero el don del Espíritu Santo. Pedro replicó con una palabra muy fuerte. Le dijo a Simón que tenía que arrepentirse de su maldad. Esto no significa que Simón debía mejorarse en el futuro. Significa que Simón debía arrepentirse de lo que acababa de hacer, de lo que acababa de decir, y de los pensamientos que tenía. El arrepentimiento es tratar con los problemas que uno tuvo en el pasado. Significa que hubo grandes errores en lo que hicimos y que ahora debemos tener una perspectiva diferente. Anteriormente, el pensamiento fue gastar un poco de dinero para comprar el Espíritu Santo. Ahora, se ha visto que esto es un pecado. ¿Qué debe hacerse? Ahora existe la necesidad de una perspectiva diferente y una evaluación renovada. Esto es arrepentimiento. Por medio de esto recibimos perdón.

La palabra arrepentimiento aparece frecuentemente en Apocalipsis 2 y 3 de una manera especial. Allí, el Señor estaba tratando con las obras del pasado. El estaba llamando a los hombres a tener una perspectiva diferente con respecto a sus obras pasadas. Apocalipsis 2:5 dice: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te has arrepentido”. El Señor dijo esto debido a que ellos habían abandonado su primer amor. No estaban haciendo las primeras obras. Tenían que recordar de dónde habían caído. Esto es arrepentimiento. Después de esto, en el futuro, tenían que hacer las primeras obras. Uno tiene que arrepentirse de lo que hizo en el pasado. Las obras en el futuro son un asunto completamente diferente.

El versículo 16 dice: “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y combatiré contra ellos con la espada de Mi boca”. Aquí, el Señor estaba hablando a la iglesia en Pérgamo. Algunos habían seguido la enseñanza de los nicolaítas. Ellos habían considerado esta enseñanza como buena. Por eso el Señor les dijo que tenían que arrepentirse. Tenían que considerar que la obra de los nicolaítas era maligna. Tenían que cambiar sus perspectivas y sus conceptos.

El versículo 21 dice: “Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación”. Ella había cometido fornicación, sin embargo, no consideraba eso como un error. No juzgaba eso como algo impropio. El versículo 22 dice: “He aquí, Yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella”. De nuevo, esto nos muestra que debían arrepentirse de sus hechos pasados. Si no se arrepentían, el Señor los pondría en gran tribulación.

Apocalipsis 3:3 dice: “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete”. Aquí, de nuevo el Señor les hace un llamado para que se arrepientan, es decir, que cambien su perspectiva con respecto a su conducta.

El versículo 19 dice: “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.

Después de ver cómo es usada la palabra en Lucas, en Hechos y en Apocalipsis, ahora podemos entender qué significa en la Biblia realmente el arrepentimiento. El arrepentimiento es un cambio de mentalidad. No obstante, siempre se usa en referencia a los hechos del pasado y nunca en referencia a la conducta en el futuro. El arrepentimiento es un cambio en la mente de uno, pero lo que trata está relacionado a los errores, pecados, faltas, falta de celo y la impiedad del pasado. Esto significa que ahora vemos todas esas cosas como erróneas e impropias. Esto es el significado del arrepentimiento. Podemos decir que cuando tenemos fe miramos hacia Cristo, y cuando tenemos el arrepentimiento nos vemos a nosotros mismos a la luz de Cristo. Mientras somos todavía pecadores, el Espíritu Santo brilla dentro de nosotros y nos muestra a nosotros mismos. Esto es arrepentimiento. Esto es muy necesario e indispensable. Si el Espíritu Santo no nos ilumina y si no tenemos una comprensión de nosotros mismos, no podemos levantar nuestros ojos hacia el Señor Jesús.

La obra del arrepentimiento es similar a la obra de la ley que ya hemos discutido en los últimos mensajes. Dios desea que el hombre reciba Su gracia. Pero el hombre ha pecado. No tiene la luz con respecto a sí mismo. No conoce qué clase de persona es. No sabe que está condenado delante de Dios, y que es absolutamente inútil, y que por lo tanto, no puede recibir la gracia de Dios. Por ejemplo, supongamos que usted está muy enfermo y que sus dos pulmones están completamente enfermos. Usted puede decir que tiene todavía una complexión hermosa y que hay color en su rostro. Quizás no piense que un buen medicamento o un buen doctor sean necesarios. Ahora supongamos que va usted a tomarse unas radiografías. Después de ver el resultado de sus propias radiografías, admitirá que es un hombre enfermo y que necesita descanso y tratamiento. Así que, el arrepentimiento es la meta de Dios al darnos la ley. A través del arrepentimiento, vemos por la iluminación de Dios, el brillo del Espíritu Santo y la palabra de Dios, de que nuestros hechos pasados estaban equivocados y que nuestra manera de vivir era impropia. Dios ha diagnosticado nuestra enfermedad, y tenemos que admitir que estamos equivocados. Esto es el arrepentimiento.

Había un hermano que siempre cargaba el equipaje pesado de los que viajaban junto con él. Voluntariamente lo hacía porque pensaba que los otros no eran sanos, pero que él gozaba de buena salud. Una vez, después de que había realizado un trabajo pesado, le sugerí que debía ir al hospital y tomarse una radiografía. Al principio no quiso hacerlo. Estuvimos discutiendo que esto no le haría mal, aun si no estaba enfermo. Así que, fue. Se dio cuenta de que tenía tuberculosis. De ahí en adelante, su conducta cambió completamente. Nunca más se atrevió a hacer algo. Cuando le pedíamos que hiciera alguna cosa, hacía lo que podía por excusarse. Su cambio fue tan drástico que era como si él fuera dos personas diferentes en el mismo día. Por un momento pensó que estaba tan sano y tenía tan buenos pulmones y al otro momento su evaluación de sí mismo cambió completamente. El tuvo una perspectiva diferente y una evaluación diferente de sí mismo. A esto se le llama arrepentimiento. El arrepentimiento es necesario. Es la meta que Dios quiere obtener por medio de la ley.

Si interpretamos mal el arrepentimiento y pensamos que es un cambio de nuestra conducta en el futuro, quiere decir que somos absolutamente ignorantes acerca de la salvación de Dios. La salvación de Dios nunca intenta mejorar la naturaleza adamítica. Si el arrepentimiento se refiriera al futuro, eso significaría que el viejo Adán y el hombre carnal todavía tienen la posibilidad de mejorarse y progresar. Sin embargo, el Señor Jesús dijo: “Lo que es nacido de la carne, carne es” (Jn. 3:6). La carne nunca progresará para llegar a ser el espíritu. Solamente lo que es engendrado del Espíritu es espíritu. Si el arrepentimiento se refiere al futuro, entonces el fundamento de la salvación de Dios es completamente derribado. No solamente no somos capaces de mejorarnos a nosotros mismos, sino que además, necesitamos ser erradicados. La salvación de Dios no da lugar para el hombre carnal. Lo termina completamente. Cuando el Señor Jesús fue crucificado, todos los hombres fueron crucificados con El. Nuestro viejo hombre ha sido crucificado sobre la cruz.

Gracias a Dios que el Señor Jesús es un sastre que hace ropajes. No es uno que remienda ropa. No es que nuestra ropa esté rota y que el Señor Jesús venga a remendarla por nosotros. El Señor Jesús solamente hace ropa nueva; El no remienda la ropa vieja. Quizá somos pobres, y queremos usar ropa vieja. Pero en la casa de Dios, nadie usa ropas remendadas. No existe tal cosa en la salvación de Dios. Dios dijo que el primer Adán está terminado y que toda la conducta en el primer Adán también está terminada. Ahora, estamos en el postrer Adán. Hoy, todo ha sido logrado por el Señor Jesús; El quiere ser la nueva vida dentro de nosotros. Por lo tanto, el arrepentimiento en la Biblia no se refiere a la conducta futura. Más bien, se refiere a un cambio en el concepto con respecto a nuestro pasado. El arrepentimiento bíblico consiste en adoptar una perspectiva con respecto a los hechos pasados más que a una conducta futura.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top