Información del libro

Visión del edificio de Dios, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6775-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 17 de 19 Sección 3 de 4

EL CENTRO DONDE RESIDE
LA AUTORIDAD DE DIOS

El sexto punto es que esta ciudad tiene un centro, el trono de Dios. Es el trono de Dios en Cristo (Ap. 22:3). Dios está en Cristo, puesto que se retrata a Cristo como la lámpara que contiene a Dios la luz (21:23). La ciudad de la Nueva Jerusalén es semejante a un candelero, que porta a Cristo como la lámpara con Dios como luz. Por lo tanto, dado que Dios está en Cristo en el trono, hay un solo trono. Dios en Cristo y con Cristo se sienta sobre el trono en la ciudad, y este trono es el centro de la ciudad.

En la vida de iglesia hoy también debe haber un centro. Ese centro es el trono de Dios, desde donde Dios en Cristo ejerce Su autoridad en la iglesia. Toda la ciudad debe estar bajo la autoridad de Dios en Cristo. Aquí vemos el asunto de la autoridad. Cristo con Dios es la Cabeza. En la iglesia debemos siempre tener cuidado de ejercer nuestra autoridad. Todos debemos aprender a darle el debido lugar a Dios, quien es la verdadera autoridad en la iglesia. Debemos aprender a sujetarnos a la autoridad de Dios en Cristo.

LA LUZ

El séptimo punto es que la autoridad de Dios en Cristo es la luz misma. Dondequiera que Dios está en autoridad, allí también hay luz. Por otra parte, dondequiera que hay confusión, hay tinieblas. Cuando la autoridad de Dios se ejerce en una iglesia local, esa iglesia estará llena de la luz divina. Si Dios no está en el trono, si Él no está en autoridad, no puede resplandecer, y por tanto no habrá luz. Pero si todos le damos el debido lugar a Dios en Cristo para que ejerza Su autoridad, y si todos estamos dispuestos a sujetarnos a Él, todo a nuestro alrededor estará lleno de luz. Incluso en nuestra vida personal, cuando reconocemos la autoridad de Cristo la Cabeza y nos sujetamos a Él, Él nos trae a la luz. La rebelión nos pone en tinieblas, pero la sujeción nos trae a la luz.

EL CANDELERO

El octavo punto es que esta ciudad es un gran candelero universal. En los primeros capítulos de Apocalipsis vemos siete candeleros en siete localidades. Pero al final, se encuentra un solo inmenso candelero en todo el universo. La Nueva Jerusalén es una ciudad de oro, erigida como una montaña (v. 18). En su cima se halla el trono de Dios, quien es la luz en el Cordero, el cual, a su vez, es la lámpara (v. 23). Por tanto, la ciudad entera es un candelero de oro.

La iglesia local debe ser tal candelero. Cuando una iglesia local tiene a Dios en Cristo sobre el trono, y cuando Él ejerce Su autoridad y brilla, dicha iglesia se convierte en un candelero. En la eternidad habrá una sola iglesia universal, pero hoy existen muchas iglesias locales. Es por esta razón que vemos siete candeleros en Apocalipsis, los cuales representan las distintas etapas de la historia de la iglesia. Pero en la eternidad tendremos el único y gran candelero, la Nueva Jerusalén.

EL FLUIR DE VIDA

El noveno punto es que desde el trono mana el fluir del agua de vida (22:1). Si algo fluye de Dios, ello debe ser algo que es de Dios mismo; por lo tanto, este fluir es Dios mismo, quien fluye como vida. Cuando en la iglesia permitimos que Dios ejerza Su autoridad en Cristo y Él resplandece como luz, espontáneamente Él fluye a nosotros como vida. Cada vez que alguien entra en esta vida de iglesia, de inmediato percibe este fluir de vida. Entonces tiene la sensación de ser refrescado en vez de percibir sequedad. Este fluir de vida depende de que el trono sea establecido en la iglesia. La autoridad de Dios debe ser ejercida para que la luz de Dios pueda brillar y la vida pueda fluir.

EL ÁRBOL DE LA VIDA

El décimo punto es que en este fluir está el árbol de la vida que produce ricos frutos (v. 2). Este árbol de la vida es el suministro de vida, el alimento para la vida. Cada vez que en la iglesia está presente el fluir de vida, el completo suministro de Dios como nuestro alimento espiritual vendrá a nosotros en ese fluir. Cada vez que asistamos a una reunión, cada vez que haya una reunión de oración, una reunión para celebrar la mesa del Señor, o una reunión de comunión, participaremos de algún fruto del árbol de la vida. En cada reunión habrá algo de lo cual podremos alimentarnos.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top