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UNA IGLESIA LOCAL APROPIADA

Puesto que muchos grupos libres han adoptado el nombre de iglesia local, debemos discernir qué es una iglesia local apropiada. Una iglesia local apropiada es aquélla que está abierta a todos los verdaderos santos de la ciudad donde están, y también está abierta a todas las demás iglesias locales de este país y de todo el mundo. Ello se debe a que todas las iglesias son un solo Cuerpo. Muchos de los que han adoptado el nombre de iglesia local argumentan que cada iglesia local es independiente, y dicen que no es necesario relacionarse con las demás iglesias locales. Sin embargo, en Apocalipsis, aunque se escribieron siete epístolas a siete iglesias locales, todo el libro como una sola carta fue enviado a todas las iglesias. Ciertamente esto significa que todas las iglesias locales deben relacionarse unas con otras, no en términos de organización o administración, sino en términos del testimonio de Jesús. Luego, al final de cada una de las siete epístolas, el Señor dice: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Esto indica que cada epístola que fue escrita a una iglesia local particular, es también el hablar del Espíritu a todas las iglesias.

Gálatas es un libro que no fue escrito a una iglesia local particular, sino a todas las iglesias locales que estaban en Galacia. Galacia no era una ciudad, sino una provincia del Imperio romano. Por lo tanto, en Galacia había muchas iglesias locales, y Pablo les escribió una sola carta dirigida a todas ellas. Esto muestra que las iglesias allí estaban vinculadas como una sola entidad. De lo contrario, ¿cómo podían ser un solo Cuerpo? En 1 Corintios 1:2 Pablo dice que la carta fue escrita a la iglesia en Corinto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre del Señor. Esta carta, que fue escrita a una iglesia local particular, también podía ser enviada a todos los que en cualquier lugar invocan el nombre del Señor.

Puesto que todas las iglesias locales son un solo Cuerpo, no podemos dividirnos de ninguna manera. Incluso las localidades mismas no pueden dividirnos. Aunque nos reunimos en Los Ángeles, somos uno con los santos que están en Atlanta. Aunque estamos separados por la distancia, con todo, somos uno. Asimismo somos uno con las iglesias que están en el Lejano Oriente, en Alemania, en Inglaterra, en África y en tantos otros países. ¡Alabado sea el Señor pues somos un solo Cuerpo!

Algunos han dicho que las siete iglesias locales de Apocalipsis eran diferentes unas de otras. En los primeros días yo fui afectado por esa enseñanza. Pero gradualmente mis ojos fueron abiertos para ver que dicha enseñanza no era acertada ni sana. Las siete iglesias locales en Apocalipsis eran diferentes sólo en el aspecto negativo. En el aspecto negativo, eran diferentes; pero en el aspecto positivo, las siete iglesias eran iguales, pues todas eran candeleros de oro. En naturaleza, en apariencia, en forma y en función, todas ellas eran iguales, perdiendo así su identidad individual. Eran diferentes en su corrupción y degradación, pero en las cosas positivas, todas ellas eran iguales. Vemos también esto en la Nueva Jerusalén. El muro de la ciudad tiene cuatro lados; sin embargo, cada lado es edificado con el mismo material, jaspe, y tiene el mismo aspecto (21:18, 11).

UN SOLO FLUIR

Cuando el Señor levantó Su recobro en China, Él empezó en 1922 con el hermano Watchman Nee en el sur de China. Desde entonces fue levantado un buen número de cristianos chinos muy talentosos. Casi todos ellos pasaron por el recobro del Señor; y así como vinieron también se marcharon. En 1932 yo conocí al hermano Nee. El primer año fui a visitarlo y me quedé con él por tres meses. Después de esto, él me pidió que me mudara del norte de China para que laborara con él y los demás hermanos. Cuando tuve comunión con el Señor al respecto, vi que en el libro de Hechos había un solo fluir en cuanto a la obra del Señor. Este fluir empezaba en Jerusalén, subía a Antioquía y de allí seguía a Éfeso y otros lugares. Adondequiera que iba, nuevos creyentes eran levantados, los cuales se unían a ese fluir. No vemos que un fluir empezara con Pedro, otro con Pablo y otro con Apolos; no, había un solo fluir, y todos ellos entraron en ese fluir. Cuando vi esto, le dije al hermano Nee que vendría y me uniría a ellos, lo cual hice. Yo pude ver que éste era el único fluir del Señor. Simplemente debía unirme a él; no podía empezar otro fluir.

El Señor me dirigió a que trajera la antorcha de Su recobro a este país. Mi carga es pasarla a ustedes hermanos que están aquí, y ciertamente creo que les he pasado la antorcha. Ahora hay miles de santos en este país que desean continuar con el fluir del Señor. Ésta no es mi obra; es el recobro del Señor y es Su fluir. Les he mencionado todas estas cosas para que puedan entender claramente cuál es la verdadera situación y para que podamos tener el discernimiento apropiado. No todo grupo que diga que es la iglesia local es la iglesia local. No es lo que decimos que somos, sino lo que realmente somos. Si delante del Señor tomamos en serio el ser una iglesia local apropiada, tenemos que ser una iglesia local apropiada que recibe a todos los santos y está abierta en comunión a todas las iglesias locales de todo el mundo. Entonces no tendremos problemas al practicar la verdadera unidad en el único Cuerpo de Cristo.