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Estudio-vida de Josué, Jueces y Rutpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6224-5
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Actualmente disponible en: Josué 8 de 15 Capítulo 8 de 33 Sección 2 de 2

I. LA DERROTA EN HAI

La derrota en Hai es descrita en el capítulo 7.

A. Los hijos de Israel cometen una transgresión
en cuanto a lo dedicado a destrucción

Los hijos de Israel actuaron infielmente y cometieron una transgresión en cuanto a lo dedicado a destrucción, pues Acán tomó algo de lo dedicado a destrucción. Esto hizo que la ira de Jehová se encendiera contra los hijos de Israel (v. 1).

B. Israel actúa por cuenta propia,
sin buscar la dirección del Señor
y sin tener la presencia del Señor

Josué envió hombres desde Jericó a Hai, diciéndoles que espiaran la tierra. Después que ellos espiaron Hai, volvieron a Josué y le dijeron: “No hace falta que suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres y ataquen a Hai. No fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque los enemigos son pocos” (vs. 2-3). Subieron, pues, allá sólo como tres mil hombres del pueblo (4a). Esto indica que Israel actuó por cuenta propia, sin buscar la dirección del Señor y sin tener la presencia del Señor.

C. Los hombres de Hai derrotan a Israel
y le hacen huir

Los hombres de Hai derrotaron a Israel y le hicieron huir (vs. 4b-5). Como resultado de ello: “El corazón del pueblo se derritió y vino a ser como agua” (v. 5b).

D. La angustia y el clamor de Josué
y de los ancianos de Israel ante Jehová

Del versículo 6 al 9 vemos que Josué y los ancianos de Israel clamaron angustiados a Jehová. Josué rasgó sus vestidos y se postró en tierra sobre su rostro delante del Arca de Jehová hasta el atardecer. Los ancianos de Israel hicieron lo mismo. Josué dijo: “¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán? ¿Para entregarnos en las manos de los amorreos y hacernos perecer? ¡Ah, si nos hubiéramos contentado con habitar al otro lado del Jordán! ¡Ah Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos?” (vs. 7-8). A continuación, Josué inquirió de Jehová qué haría Él por Su gran nombre.

E. El encargo de Jehová

Del versículo 10 al 15 consta el encargo de Jehová: tomar medidas con respecto al hurto de aquello dedicado a destrucción. Jehová le dijo a Josué que Israel había pecado, pues transgredieron Su pacto al tomar de lo dedicado a destrucción y guardarlo entre sus propios enseres. Ésta fue la razón por la cual los hijos de Israel no pudieron hacer frente a sus enemigos, sino que delante de ellos volvieron la espalda. Después, Jehová le dijo a Josué que ellos no podrían hacer frente a sus enemigos hasta que quitasen lo dedicado a destrucción de en medio de ellos. Jehová les encargó que aquel que había hurtado lo dedicado a destrucción debía ser quemado por el fuego, él y todo lo que le perteneciera.

F. Las medidas que Israel toma
con respecto a su pecado

Los versículos del 16 al 26 describen las medidas que Israel tomó con respecto a su pecado.

1. Descubrir quién había cometido el pecado

En primer lugar, Israel descubrió quién había cometido el pecado (vs. 16-21). Para hacer esto, ellos se valieron del Urim y del Tumim que estaban en el pectoral del juicio que vestía el sumo sacerdote (Éx. 28:30). La persona que cometió el pecado fue Acán, de la tribu de Judá. Cuando Josué le ordenó que confesara lo que había hecho, Acán respondió: “Verdaderamente yo he pecado contra Jehová, el Dios de Israel, y he hecho así y así: Cuando vi entre los despojos un manto hermoso de Sinar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, los codicié y los tomé. Ahora están escondidos bajo tierra en medio de mi tienda, y la plata debajo de ello” (Jos. 7:20-21).

2. El juicio de muerte a causa del pecado
es ejecutado mediante apedreamiento

Las medidas que Israel tomó con respecto a Acán consistieron en tomarlo a él, a sus hijos y sus hijas, y todo lo que él tenía y apedrearlos para después quemarlos con fuego. Luego, levantaron sobre él un gran montón de piedras, y Jehová se volvió del furor de Su ira (vs. 22-26).

II. LA VICTORIA SOBRE HAI

En 8:1-29 vemos la victoria sobre Hai.

A. Las instrucciones de Jehová

Los versículos 1 y 2 son las instrucciones que Jehová dio a Josué con respecto a Hai. Jehová le encargó a Josué que no temiera ni desmayara, sino que tomara consigo toda la gente de guerra y atacara a Hai. Jehová prometió a Josué entregarle en sus manos al rey con su pueblo, su ciudad y su tierra. Después, Jehová le encargó a Josué que hiciera con Hai y con su rey como había hecho con Jericó y con su rey, y que tomara los despojos y el ganado de Hai como botín de guerra para Israel. Finalmente, Jehová le indicó a Josué que pusiera una emboscada a la ciudad detrás de ella.

B. La conquista y destrucción de Hai

Del versículo 3 al 29 vemos la conquista y destrucción de Hai. Josué atacó a Hai según las instrucciones de Jehová (vs. 3-26, 28-29). Después, Israel tomó para sí el ganado y los despojos de la ciudad de Hai, tal como Jehová le había mandado a Josué (v. 27).

III. JOSUÉ ESCRIBE LA LEY
Y SE LA LEE AL PUEBLO DE ISRAEL

Los versículos del 30 al 35 presentan que Josué escribió la ley y se la leyó al pueblo de Israel.

A. Josué edifica un altar y ofrece
holocaustos y ofrendas de paz a Jehová

Josué edificó un altar a Jehová, el Dios de Israel, sobre el monte de Ebal, y ofrecieron sobre el altar holocaustos a Jehová y sacrificaron ofrendas de paz (vs. 30-31).

B. Josué escribe sobre piedras
la ley de Moisés

Allí, en el monte de Ebal, en presencia de los hijos de Israel, Josué escribió sobre las piedras una copia de la ley de Moisés (v. 32).

C. El pueblo de Israel es bendecido
según lo mandado por Moisés

El versículo 33 habla sobre la bendición al pueblo de Israel según lo mandado por Moisés (Dt. 11:29-30; 27:11-13).

D. Todas las palabras
de la ley son leídas
a la congregación de Israel

Finalmente, Josué leyó todas las palabras de la ley de Moisés, tanto la bendición como la maldición, a la congregación de Israel (Jos. 8:34). Por tanto, el versículo 35 concluye diciendo: “No hubo ni una palabra de todo lo que Moisés había mandado que Josué no leyera delante de toda la congregación de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los peregrinos que iban en medio de ellos”.


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