Intención eterna de Dios y el complot de Satanás en contra de dicha intención, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7955-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7955-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Sin embargo, en nuestra vida diaria muy a menudo no nos percatamos de la distinción que hay entre la mano y el guante. Muchas veces en estos últimos años he tenido que confesarle al Señor no sólo mis fracasos o mi odio, sino también mi amor o mi bondad. Muchas veces he amado sin el amor de Cristo. He amado como lo haría un anciano, un hombre de experiencia. Ya no me enojo tan fácilmente. Cuando era joven e inexperto, mi enojo fácilmente explotaba. Pero ahora que ya casi tengo ochenta años, el fuego se ha apagado. Así que, no me irrito tan fácilmente. Me resulta fácil ser bueno. ¡Cuánto he llegado a aborrecer mi bondad! He tenido que confesarle al Señor, diciendo: “Hoy, desde la mañana hasta por la tarde, he sido bueno con todos, pero sin Ti. Perdóname. He dado mensaje tras mensaje a los santos, exhortándoles a que te vivan a Ti, mas yo mismo he sido un fracaso casi todo el día. No te he vivido a Ti. Me he vivido a mí mismo. He vivido como lo haría un anciano, un hombre de experiencia. Perdóname, Señor Jesús”.
Mi hermano menor ha estado aquí ya por muchos meses. Él mismo estaría de acuerdo en que cada vez que ha venido a verme, siempre lo he tratado con amabilidad. Sin embargo, he tenido que decirle al Señor que no viví a Cristo delante de mi hermano. Desde que vino, creo que él no ha ganado mucho de Cristo por medio de mí; le he ministrado muy poco de Cristo. Lo he tratado bien y he hecho por él muchas cosas buenas. No obstante, me he arrepentido ante el Señor diciendo: “Señor, perdóname. Te pido que Tu sangre me limpie por no haberte vivido delante de mi hermano”.
A diario, usted no se da cuenta de cuán bueno ha sido de una manera natural. Si le mintiera a un hermano, de inmediato sentiría remordimiento en su conciencia. ¿Cómo pudo haberle mentido a un hermano? Pero tal vez nunca le haya mentido a un hermano, sino que sólo haya hecho cosas buenas por él. ¿Alguna vez se ha arrepentido del bien que le ha hecho a un hermano? Si usted recibe la misericordia de arrepentirse por hacer cosas buenas por otros, eso significa que el Señor le ha concedido mucha gracia.
Nos sería de mucha ayuda orar-leer los versículos que se encuentran al comienzo del capítulo. Juan 1:12-13 nos dice que nosotros nacimos de Dios. Si nacemos de alguien, sin duda alguna tenemos su vida y naturaleza. Puesto que nacimos de Dios, ciertamente tenemos Su vida y naturaleza. Eso no significa que somos objetos de adoración. No somos parte de la Deidad; sólo la Deidad es digna de adoración. Nosotros somos hijos de Dios, y somos como Él porque tenemos Su vida y naturaleza. Dios ha nacido en nosotros. ¡Cuán maravilloso es esto!
Juan 14 nos dice que el Espíritu de realidad viene, no sólo para estar con nosotros, sino en nosotros (vs. 16-17). En aquel día, esto es, el día de la resurrección, “vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros” (v. 20). Aquí se nos habla de una mezcla. Nosotros estamos en Cristo, y Él está en nosotros. Esto no pertenece a la esfera de la ética o la moralidad. El versículo 23 contiene el mismo pensamiento: “El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Tener en nosotros al Padre y al Hijo no es un asunto doctrinal, sino que debe ser nuestra comprensión y práctica diarias.
El siguiente capítulo (Jn. 15) dice que nosotros permanecemos en Él y Él en nosotros, “porque separados de Mí nada podéis hacer” (vs. 4-5). El hecho de que podemos permanecer en Cristo y Él puede permanecer en nosotros indica que nosotros y Él, Dios mismo, somos uno. Ésta es la intención eterna de Dios. En todo lo que hacemos, debemos cerciorarnos de que permanecemos en Él. Esto no simplemente significa recordar el hecho. Debemos preguntarnos continuamente si lo que hacemos en cualquier momento es hecho como resultado de permanecer en Él. Si lo hemos hecho separados de Él, debemos condenarlo. A los ojos del mundo lo que hacemos puede ser bueno, pero si lo hacemos separados de Cristo, ello merece ser condenado. Es bueno que una esposa se someta a su esposo, pero su sumisión debe ser fruto de que Cristo permanezca en ella y de que ella permanezca en Él. En otras palabras, su sumisión debe ser Cristo; debe ser la expresión de Él.
Si vemos esto, confesaremos diciendo: “Señor, perdóname. Durante todo este día he pasado muy poco tiempo viviéndote a Ti. No he hecho nada malo. He sido cuidadoso en hacer lo correcto y lo que sea de ayuda a otros. Pero en mi vivir no he permanecido en Ti ni he permitido que permanezcas en mí”. Ver esto es ver la visión central del ministerio completador del apóstol Pablo. Su palabra completadora es el misterio de Dios, que es Cristo en nosotros (Col. 1:25-27). Nuestra vida debe ser llena y saturada de Cristo. Nuestro vivir debe ser Cristo mismo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.