Visión que nos rige y nos regula según se halla en la Biblia, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4973-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Oración: Oh Señor, nuestros corazones están llenos de agradecimiento y alabanzas a Ti por habernos escogido desde antes de la fundación del mundo y por habernos apartado en esta era. ¡Cuán grande es esta gracia y cuán tremendo es este milagro! Mientras millones de personas están tan activas para las cosas del mundo, Tú nos has separado para que, al igual que María, nos sentemos a Tus pies para recibir Tu palabra, buscar Tu corazón y seguir Tu preciosa persona. Querido Señor, no estamos siguiendo la letra; te estamos siguiendo a Ti. ¡Te pedimos que te acuerdes de nosotros!
Oh Señor, en el pasado Tú estuviste en la carne con Tus discípulos, y luego llegaste a ser el Espíritu para entrar en ellos. No sólo estuviste con ellos de forma externa, sino también en su interior; y no sólo estuviste con ellos en un lugar, sino en todo lugar. Además, no simplemente estuviste con ellos todo el tiempo y en todo lugar, sino que estuviste en ellos como el Espíritu y como vida por los cuales ellos podían vivir. Señor, nosotros hemos oído de todas estas cosas, pero aún nos hace falta recibir más revelación, visión y luz. Te pedimos que una vez más nos des la revelación, la visión celestial y la clara luz.
Oh Señor, límpianos y perdónanos. De todo corazón te confesamos que hasta ahora seguimos viviendo en nuestro ser natural y en la vieja creación; aún tenemos una gran medida de nuestro elemento carnal. Aparentemente, pareciera que no hemos cometido errores ni delitos, pero definitivamente vivimos en nuestro yo natural, en nuestra vieja creación y aun en nuestra carne, siempre ofendiéndote y oponiéndonos a Ti. Somos como los amalecitas de hoy que resisten Tu economía. Oh Señor, te pedimos que nos derrotes una vez más y nos renueves. Concédenos Tu visitación y Tu gracia en todo aspecto. ¡Amén!
En la economía de Dios se destacan siete asuntos. Los primeros cinco asuntos corresponden a los cinco pasos de la economía de Dios, los cuales son: la encarnación, el vivir humano, la muerte, la resurrección y la ascensión. Estos cinco pasos nos conducen a un sexto asunto sobresaliente, el cual es un resultado muy notable: la iglesia, la cual es el Cuerpo de Cristo, la casa de Dios, el reino de Dios y el complemento de Cristo. Así pues, este resultado tan notable incluye cinco aspectos: la iglesia, el Cuerpo, la casa de Dios, el reino de Dios y el complemento de Cristo. Además, este resultado de cinco aspectos alcanzará una consumación, a saber: la Nueva Jerusalén; éste es el séptimo asunto sobresaliente. Debemos ver muy claramente estos siete asuntos sobresalientes en la economía de Dios: los cinco pasos principales que producen un resultado de cinco aspectos, el cual alcanzará su consumación en la Nueva Jerusalén.
Los cinco pasos principales de la economía de Dios los llevó a cabo Dios mismo al hacerse hombre. Primeramente Él se hizo carne para ser un hombre en la carne. Luego Él llevó una vida humana completamente en la carne; cuando Él estuvo en la tierra, las personas no vieron un espíritu, sino a Jesús en la carne, a un carpintero de Nazaret. Además, la mayoría de las personas que Él contactó eran pescadores de Galilea y, aparte de Nicodemo, fueron muy pocas las personas de clase alta con quienes se relacionó. Fue así como llevó una vida humana en la carne.
Fue en Su carne que Él efectuó la redención por medio de la muerte. El Nuevo Testamento claramente afirma que en la cruz Cristo se ofreció a Sí mismo en Su cuerpo humano a Dios (He. 10:5, 10) para efectuar una redención eterna a nuestro favor (9:12). Una vez que la redención fue efectuada, Él descansó. Fue en el día sexto que Él fue crucificado. Al día siguiente, después que la redención fue efectuada, es decir, el séptimo día, el Sábado, Él descansó. Sus discípulos no se atrevieron a decir nada, así que también descansaron (Lc. 23:56). Luego en el octavo día, que era el primer día de la semana, María la magdalena vino de madrugada a la tumba y descubrió que el Señor había resucitado (Jn. 20:1). Una vez que el Señor entró en la resurrección, la redención fue consumada exitosamente (Ro. 4:25).
La redención se efectuó por medio de la muerte y concluyó con la resurrección, porque una vez que el Señor entró en la resurrección, fue liberado de Su carne y entró en otra etapa. En realidad, el Señor no fue liberado de Su carne, sino que más bien fue transfigurado en Su cuerpo para llegar a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45) a fin de operar como el Espíritu. El primer paso que Él dio en Su mover como el Espíritu fue contactar a María la magdalena en la mañana del día de Su resurrección (Jn. 20:14-16). María recibió una tremenda bendición porque ella amaba al Señor a lo sumo. Ella no sólo fue la primera en descubrir que el Señor había resucitado, sino también la primera con quien el Señor habló después de Su resurrección. María, llena de emoción, quiso tocar al Señor, pero el Señor le dijo: “No me toques, porque aún no he subido a Mi Padre” (v. 17a). Esto significa que la frescura de la resurrección del Señor como las primicias de la cosecha debía manifestarse primeramente para el disfrute del Padre.
Entonces el Señor le dijo a María: “Ve a Mis hermanos, y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios” (v. 17b). Anteriormente, el término más íntimo que el Señor usó con relación a Sus discípulos fue “amigos” (15:14-15); pero en la mañana de Su resurrección, el Señor regeneró a todos Sus discípulos, incluyéndonos a usted y a mí, mediante Su resurrección. Pedro estaba tan profundamente impresionado con este asunto que en 1 Pedro 1:3 dijo que Dios el Padre nos regeneró mediante la resurrección de Jesucristo. Desde entonces, el Señor empezó a llamar a Sus discípulos “hermanos”, porque todos ellos fueron regenerados con la vida divina mediante Su resurrección.
Después de Su resurrección, el Señor ascendió al Padre con Su cuerpo resucitado (Jn. 20:17). Ésa fue Su ascensión secreta, la cual ocurrió cuarenta días antes de Su ascensión pública, la cual tuvo lugar ante los ojos de los discípulos (Hch. 1:9-11). Éstos son los cinco pasos principales que Dios dio al hacerse hombre.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.