Ley del avivamiento, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7399-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7399-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Normalmente sentimos que nuestras debilidades son terribles. Sin embargo, nuestro conocimiento y la experiencia que tenemos de Cristo se basan en lo que sabemos de nuestras debilidades. Si no aprendemos algo más acerca de nuestras debilidades, difícilmente conoceremos algo más de Cristo. Escuchar mensajes acerca de Cristo y leer versículos en la Biblia que hablan de Cristo, no nos proveerá un verdadero conocimiento acerca de Cristo. Para conocer verdaderamente a Cristo, primero tenemos que descubrir nuestras debilidades. Las debilidades que descubrimos reflejarán cierta característica de Cristo. Entonces podremos experimentar y ganar a Cristo según esta característica en particular. Así pues, nuestra experiencia y ganancia de Cristo dependen de que conozcamos nuestras debilidades. Muchos cristianos pueden dar testimonio de este hecho.
Mientras un hermano predica el evangelio, puede decir una palabra clara sobre la redención que el Señor Jesús realizó en la cruz. No todos los que escuchan y entienden esta palabra poseen un conocimiento genuino de Cristo, porque lo que ellos escuchan es conocimiento, teoría y doctrina; no es un conocimiento verdadero. Es necesario que el Espíritu Santo resplandezca en la conciencia del que escucha e incluso le someta a prueba, de modo que éste vea que es corrupto y pecaminoso, y que es un pecador sin esperanzas. Entonces el Espíritu Santo lo iluminará aún más a fin de que vea que todos sus pecados los cargó Cristo en la cruz. Es después de esto que él realmente conocerá la eficacia de la redención realizada por Cristo y experimentará la paz que resulta del perdón de sus pecados. Así que, una persona debe reconocer sus pecados a fin de conocer y experimentar la obra redentora de Cristo. Si no reconocemos nuestros pecados, los mensajes que escuchamos sobre la obra redentora de Cristo no nos servirán de nada. Nuestra experiencia de Cristo se refleja en aquello que conocemos de nosotros mismos. Cuando vemos una debilidad nuestra, también veremos una característica particular de Cristo.
Veamos otro ejemplo. Hemos oído muchos mensajes acerca de que Cristo es nuestra vida y acerca de que Cristo posee el poder de resurrección, pero es posible que estas verdades sean meramente una doctrina para nosotros. Un día el Señor nos llevará al punto en que nos hallamos rodeados y asediados por montes y collados. En vez de encontrar una carretera amplia frente a nosotros, nos enfrentamos con obstrucciones y sufrimos una presión que excede nuestra capacidad interna y externa. Esta situación podría durar varios años. Entonces un día, cuando nos hallamos en una condición de abatimiento y de muerte, tal vez escuchemos un mensaje sobre el Cristo resucitado que todo lo trasciende, quien no es retenido por la muerte, sino que más bien ha vencido la muerte. Aunque quizá habíamos oído ese mensaje antes, no tuvo ningún efecto en nosotros porque no conocíamos bien nuestra condición o las características de Cristo. Sin embargo, ahora nos percatamos de que Cristo en realidad ha vencido la muerte, ha ascendido, es exaltado y lo ha trascendido todo. Cuando comenzamos a conocer este aspecto de Cristo, somos liberados y lo transcendemos todo, y entramos en un nuevo avivamiento.
Tenemos que recordar que un avivamiento no es una experiencia que sucede de una vez y para siempre. Cada avivamiento llegará a un final, y nuevamente entraremos en un tiempo de insatisfacción. No obstante, durante el tiempo en que estamos insatisfechos, descubriremos otra condición natural, es decir, reconoceremos otra debilidad natural. Esta debilidad nos llevará a ver cierta característica de Cristo y a experimentar a Cristo en esta característica. Por ende, seremos avivados otra vez, y conoceremos, experimentaremos y ganaremos más de Cristo. Cuanto más vivificados seamos, más conoceremos a Cristo. Si dejamos de ser avivados, nuestro conocimiento de Cristo también cesará.
Por consiguiente, es bueno que tengamos debilidades, ya que nuestras debilidades nos dejan ver las características de Cristo. Es difícil conocer las características de Cristo si no conocemos nuestras propias debilidades. Descubrimos nuestras debilidades después de experimentar un avivamiento. En ese tiempo nuestro corazón está abatido, y en concordancia confrontamos un entorno difícil, lo cual corresponde a la disciplina del Espíritu Santo. Esto nos lleva a adquirir un conocimiento más profundo de nosotros mismos. El Espíritu Santo crea a menudo una situación especial en nuestro entorno, la cual coordina con Su disciplina, de modo que podamos descubrir nuestras debilidades o nuestros problemas. Lo que vemos viene a ser una especie de reflejo que nos permite ver cierta característica de Cristo, la cual puede hacerle frente a nuestra debilidad. Al ver y asimilar esta característica, inmediatamente somos avivados.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.